El día finalmente ha llegado: decidiste, por diversos motivos, dejar tu actual puesto de trabajo y aventurarte con un nuevo empleo. Toda renuncia implica cierta desagrado con la actual empresa: bajo sueldo, baja expectativa para escalar puesto o simplemente te aburriste. Es por esto que irse de un empleo en buenos términos puede ser difícil.
Si estás dejando tu trabajo actual, debido a una mala administración u otros problemas laborales, es obligatorio que en algún momento converses con los superiores, ya sea para agradecer o para dejar claro qué problemas fueron los que propiciaron la salida, aunque en esto último hay que tener cuidado.
Cuando se trata de conversar tu renuncia, la regla general es que si no tienes nada bueno que decir, mientas. Quédate con asuntos oficiales tanto como sea posible, y si debes proporcionar una crítica constructiva, procede con tacto y prudencia. Es un mundo más pequeño de lo que crees, y nunca se sabe cuando vas a necesitar estas personas de nuevo. Por lo menos, querrás ser capaz de contar con una persona en la empresa para servir de referencia en el futuro.
Para mejorar sus posibilidades de obtener una gran referencia en el camino, Levit aconseja seguir estos 10 pasos para "prueba de fuego" sus lazos con las personas en su trabajo pronto-a-ser-ex:
1.- A la primera persona que debes informar es a tu superior. Querrás que un jefe que escuche la noticia directamente de tu boca, no de alguien más en la empresa.
2.- Dar aviso de dos semanas. Esta es una regla de etiqueta en los trabajos, pero algunos empleados hacen caso omiso a esto, dejando a su empleador luchando para encontrar un reemplazo. Siempre da un aviso de dos semanas de antelación, a menos que la empresa solicita que dejes antes la oficina.
3.- Ser modesto. No digas a otros empleados o a tus jefes de lo impresionante que es el nuevo trabajo al que te vas. No es necesario crear un ambiente tenso.
4.- No insultes a nadie ni a nada. Ya sea cierto o no, siempre hay que decir que te arrepientes de dejar a gente tan maravillosa detrás. Si hay algo malo en la oficina y deseas que se sepa, dilo en los mejores términos posibles.
5.-Mantente al tanto de tus responsabilidades. No por renunciar debes dejar de trabajar productivamente. Esfuérzate por hacer bien las cosas hasta el día que cierres la puerta por fuera. Eso te hará ver bien ante el resto.
6.- Sigue apegándote al protocolo de oficina. Has trabajado duro para ser reconocido como un gran profesional ¿De verdad quieres tirar eso a la basura por no llevarte bien con la gente de la oficina? Deja a tu jefe y tus colegas con la impresión correcta.
7.- Ten claro tus beneficios. Debes tener claro tus derechos en lo que se refiere a los beneficios y la compensación por los días de enfermedad o de vacaciones no utilizados.
8.- Organiza tus archivos. Deja todo ordenado para que tus colegas no tengan que lidiar con el desorden que puedes dejar botado. Además, evitarás cualquier llamado posterior para preguntarte dónde dejaste tal cosa.
9.- Entrena a tu reemplazo también. En primer lugar, tienes que entender que la empresa confío en ti para realizar ese trabajo, así que puedes hacer un pequeño favor a ello entrenando a la persona que te reemplazará.
10.- No tomes lo que no te pertenece. Esto incluye material de oficina y material de trabajo que no fue desarrollado para ti.
Por último, si te llevaste bien con tus jefes o crees que hay cierto grado de confianza, puedes pedir una referencia que te ayude a encontrar trabajo más fácilmente.
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