No recuerdo haberlo hecho durante los años de colegio, pero estudiar en grupo se transformó en mi mejor aliado en el pre universitario y, luego, en la universidad. Puede sonar medio extraño, pero usas esa técnica en esa etapa de mi vida fue algo trascendental porque estaba muerta de susto.
Había dado la P.A.A (sí, la Prueba de Actitud Académica, lo que no quiere decir que soy demasiado vieja, ¿estamos?) y no logré quedar en la U que quería. El tema era que esa fue la última P.A.A, ahora me tocaba rendir la primera PSU y no sabía a qué nos íbamos a enfrentar. Así que tenía que sacar toda la artillería para estar bien preparada.
Tuve la suerte de tener un grupo de compañeros genial y nos dimos cuenta que habían cosas que podíamos estudiar juntos. Historia fue nuestro primer frente y durante los últimos dos meses nos comenzamos a juntar a estudiar, sagradamente, todos los miércoles y nos turnábamos las casas. Un miércoles en la casa de cada uno. Elegir algo rico para comer, ponerse al día cuando llegábamos, reírnos y luego estudiar. En serio.
Y es que el estudio en grupo tiene muchísimas cosas buenas, está comprobado. Porque te ayuda a desmarcarte del estudio individual que te entrega un solo enfoque de la información. Poder compartir conocimientos te permite consensuar opiniones, conversar lo que no entiendes, buscar nuevas respuestas a preguntas que te quedaron dando vueltas en clase, y mucho más.
Ojo, que con esto no digo que hay que dejar de estudia solo. No. El estudio individual es esencial, porque no puedes llegar “sabiendo nada” a la junta grupal. Es necesario que eches una repasada antes, sepas lo básico y te llenes de preguntas para debatir en grupo, para complementar conocimientos, para leer en voz alta algo que no entendiste y que ahora puedes analizar con la mirada y perspectiva de otros.
Algunos consejos para estudiar en grupo mencionan la importancia de elegir bien con quienes te vas a juntar, para que la cosa no se vuelva chacota; encontrar un buen lugar que te permita concentrarte y ver esta técnica de estudio como un buen complemento. No podemos hacer caer toda la responsabilidad en el grupo, uno le tiene que poner onda. Además, sin dudarlo, les digo que es más entretenido y se pueden buscar diferentes formas de organizar la junta.
A nosotros nos sirvió un montón, ya que después del estrés generado por esa “primera PSU de la historia”, logramos entrar a las carreras y lugares que queríamos. Además, afianzamos lazos y luego de 10 años (se me cayó el carnet con la declaración), seguimos en contacto.
No se cierren en el estudio como un algo monótono y aburrido. Si tienen la suerte de estudiar una carrera que les gusta, es mejor aún poder compartirlo. Además, para qué andamos con cosas, siempre en la carrera hay un ramo maldito que aburre o te dificulta el paso por la U, y son esos mismos ramos a los que hay que darle batalla de manera diferente.
Y no se pongan fieros con el tema de la competencia en la notas, porque estudiar en grupo no te garantiza que a todos les va a ir igual en la prueba. A pesar de haberse juntado, al minuto de redactar o desarrollar una evaluación, cada uno le pone de su cosecha, tiene su estilo.
Uníos y vencerás (eso dicen ¿no?). Al menos, se los recomiendo absolutamente para distender el ánimo, confluir ideas, pasarlo genial y aprender.
Foto CC vía Flickr.