Cada oficina tiene un compañero de trabajo molesto, pero ¿qué pasa si hoy ese compañero hoy eres tú?
¿Te has detenido a pensar en cómo tus acciones y reacciones podrían ser molestos para los compañeros de oficina? Es fácil quejarse y pasar la culpa a otros de un mal ambiente. En lugar de señalar con el dedo a otra parte, piensa en lo que podrías hacer para solucionar todo.
1.- Eres ruidoso
Es posible que no te des cuenta de esto, pero podrías ser la persona que más habla fuerte en la oficina ¿Contestas el teléfono en el mismo escritorio? ¿Quién no? Si es así, baja la voz, difícilmente tus compañeros querrán escuchar tus problemas familiares, a menos que te lo pregunten directamente.
Cuando conversamos con la gente que tenemos confianza- como amigos y familiares - tendemos a levantar la voz, pero eso puede no ser de agrado para el resto. Como decía, nadie quiere oír acerca de tu cita al urólogo/ginecólogo, sobre tu deuda en el banco o tu ruptura amorosa.
2.- Dejas mal olor
Eres el que siempre trae el almuerzo que deja mal olor en la oficina .Si un día llevas de comida atún o algo parecido, mejor sal de la oficina. Ve a un parque o por lo menos trata de no dejar todo tan hediondo. Tus compañeros te lo agradecerán.
Si es absolutamente necesario comer en la oficina, al menos procura mantener un cierto grado de orden, y perfumar el lugar después de comer. Nada es peor que trabajar con olor a pescado.
3.- Falta de atención
Hacer cosas mientras te hablan debe estar en el podio de la falta de respeto. Un comportamiento de este estilo, demuestra que la persona siente un grado de superioridad ante el resto.
Por ejemplo, en una reunión, si te dedicas a enviar mensajes desde tu smartphone todo el rato, es una evidente señal de que poco te importan los temas tratados, porque cualquier conversación puede esperar, y si es urgente, puedes pedir permiso para salir.
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