La tecnología domina al mundo y eso, no lo puedes negar, te gusta. Te gusta porque no eres tan viejo y has crecido con ella, quizás no eres lo que llaman "un nativo digital", pero has podido adaptarte a los avances exponenciales de cada aparato electrónico en tu casa. El mundo de la diversión infantil no se quedó ajeno a esta revolución y los juguetes simples quedaron atrás. Hoy los pequeños -y los no tan pequeños- gustan de mover sus cachivaches voladores a través de su iPhone, gozan de las piruetas de mascotas artificiales y disfrutan de pasar las yemas de sus dedos, una y otra vez, sobre pantallas que nos salvaron de la durísima tarea que era apretar botones.
Salvo las bicicletas, las muñecas Barbies, las pelotas de fútbol y un par de juegos de mesa, los juguetes con los que tan bien la pasaste, nunca volverán. Pero no te apenes, así sucede con muchas cosas en la vida, con las buenas y las malas, pero ello no es motivo para no rendir un pequeño homenaje a lo que alguna vez significaron.
1) Caballeros del Zodiaco de Bandai (y también los Zandai, Mandai y Randai). Qué momentos nos dio esta serie, Pegaso y sus amigos salvando a la hincha pelotas de Atenea una y otra vez. El lanzamiento de sus figuritas de acción -como todas aquellas dignas de respetar, se vendían por separado- era un éxito seguro. Pero tenían dos problemas, el primero era el elevado precio que obligó a más de alguno a recurrir a la piratería, a la opción zodiacal que ofrecían las ferias libres con armaduras plásticas que pesaban lo que la hombrera de las figuras originales, pero las queríamos igual. Un segundo problema, que puede ser de estupidez personal, era la dificultad de armar el animal respectivo con la armadura, de todos modos las prefería en los caballeros (dijo el picado).
2) Qué tiempos bellos cuando los Pokemones no eran una tribu urbana vergonzosa, si no que sólo 150 monstruos de bolsillo que podíamos cantar en un pegajoso rap y que podíamos atrapar en las versiones Red y Blue del mejor juego de consolas portátiles jamás inventado. Pero siempre hay que complicarlo todo. Hoy son más que los habitantes de Chile y su nombre fue usurpado y dejado en el suelo, ellos no tienen la culpa ¡Atrápalos ya!
3) De los juegos que compartíamos, cuando un amigo llegaba a tu casa o con los hermanos cuando se estaba aburrido, uno de los mejores era el Adivina Quién. Mataba el tiempo con poco esfuerzo, duraba lo justo y necesario para poder jugar varias partidas, además todos amábamos repetir como orfeón de monos ¿Tu personaje tiene el pelo negro? Qué ingenuidad bella que tuviste en algún momento, alicaído lector.
4) Juguetes para niños que querían sentirse machitos. Aquí caben, por ejemplo, las espectaculares y aún vigentes pistolas Nerf y los entretenidísimos Beyblades, unas versiones futurísticas y perfeccionadas de nuestros criollos trompos. Estos productos causaban sensación por excelentes spots publicitarios -considerando el público- que generaban en el pequeño la necesidad de avanzar hacia "juegos de hombres". Otra vez valga la nostalgia, pero qué simples y tiernas preocupaciones nos mantenían divertidos.
5) Aunque un poco más antigua, la Rosalba, de Jesmar lo merece todo. La verdad quien merece todo es el creador del jingle, uno de los más pegajozos de nuestras infancias, por sobre el Chiquitín Cacú y otros muñecos que también lograron la fama. Un capo, te desafío a no cantarla.
6) Para cerrar, un muñeco que merece todos los homenajes del mundo. Juanito, ese puerco tamaño estándar que popularizó la banda Chancho en Piedra. Para ser francos este video no es un spot, porque Juanito no tenía una agencia de marketing tras él, sin embargo, con humildad se ganó nuestros corazones y merece su espacio.
Sé que recordamos juntos una pequeña, ínfima, parte de aquellos juegos y juguetes que vivieron junto a ti, los más despreocupados años de la vida, pero son buenos ejemplos ¿no?
Foto CC vía Flickr