En ninguna oficina debiera faltar el compañero buena onda, que siempre da consejos al que está complicado por algo o ha tenido algún problema.
Cuando todo parece estar color de hormiga, no está de más una palabra de aliento, así como tampoco alguien que te haga reír cuando estás cansado y sólo quieres ir a tu casa.
Si eres uno de esos compañeros o tienes alguno, sabrás reconocer estas frases:
Tranquilo, yo te ayudo: Cuando estás complicado con alguna tarea y lo que es peor, contra el tiempo, te hará bien sentir el apoyo de ese compañero que está para animarte y apoyarte.
¿Para qué están los amigos?: Esa “pregunta” viene de perilla cuando estás en aprietos y no sabes qué hacer. Siempre se agradece la comprensión y apoyo de ese compañero que “va a todas”.
Vamos chiquillos, motívense: Sobre todo en fin de año, cuando ya nadie tiene mucha energía para seguir trabajando y en lo único que piensan es poder despertar más tarde o tener los pies en la arena, es profundamente reconfortante que alguien te de ánimo y entienda que por difícil que sea, hay que aguantar hasta las vacaciones.
No hay mal que por bien no venga: Si te han cambiado las funciones o te pusieron en ese puesto que no te gusta, tu compañero buena onda te dirá que no hay mal que por bien no venga, es decir, que luego de ese mal momento, serás recompensado.
Ánimo, pudo ser peor: Cuando recibes un reto de tu jefe o algo salió pésimo y fracasaste, estará ese compañero buena onda que te consolará diciéndote que ese “condoro” podría haberte costado el puesto, pero que sin embargo, ahí estás solucionándolo.
Cuándo hacemos un “asadito”: No todo es trabajo en la vida y a veces es necesario recrearse con quienes pasamos horas dentro de una oficina. Por eso, cuando tu compañero buena onda te lo diga, hazle caso y tómate un tiempo para la distracción.
Las cosas pasan por algo: Cuando las cosas no resulten como quieres y todo pareciera estar oscuro y sin salida, siempre será bueno que alguien te de una opinión desde fuera y qué mejor que sea el compañero apañador.
No lo pesques, seguramente tuvo un mal día (jefe): Laboralmente, no hay momento más incómodo que cuando tu jefe llega de “malas pulgas” desquitándose con todo aquel que se cruce en su camino, por algún problema que ha tenido y seguramente, personal. Es confortante que alguien más que tú, piense que el reto que te llegó, es injusto.
Arriba los corazones que ya es viernes: Ya es jueves y las energías se acabaron, el viernes se convierte casi en un suplicio y andas realizando tus tareas como un zombie y a veces, puedes pensar que será eterno, pues para eso, estará tu compañero buena onda recordándote que ya es viernes y pronto podrás descansar.
Es el último lunes del mes: Una chistosa y optimista forma de darte ánimo. Este compañero buena onda, te dice esta con el fin de hacerte reír y alegrarte el día.
Foto CC vía Wikispaces