El primer día en la pega, es como el primer día de clases. Generalmente se trata de un lugar donde no conocemos a nadie y el gran desafío es caer bien y lograr entrar a un equipo que ya está consolidado hace tiempo.
Cuando el jefe te presenta frente a tus nuevos compañeros de trabajo, te sientes nervioso y no sabes cómo actuar. Tal vez la inseguridad te invade y cuando comienzas a mirar a tu alrededor te das cuenta que todas las miradas están posadas en ti. Cómo es tu vestimenta, peinado y look es lo primero en lo que seguramente se fijan, aunque no lo creas, eso puede decir mucho de tu personalidad, si eres tímido o si tienes una personalidad fuerte.
Ya cuando estás integrado y te toca comenzar a mirar a ti, te das cuenta que has llegado a un lugar donde son todos muy diferentes. Algunos apasionados por su trabajo, otros un poco sacadores de vuelta y los menos, con unas “obsesiones” algo extrañas, por ejemplo, que al legar desinfecte todo su espacio con toallitas húmedas con cloro, alcohol gel y aerosol por miedo a enfermarse. Parece insólito e increíble, pero es así.
Se trata una experiencia de hace algunos meses. Un hombre de no más de 40 años, tiene esta extraña manía y me encontré con él en mi primer día de trabajo. Llega todos los días a las 9 de la mañana y recién comienza sus labores 30 minutos después, luego de haber desinfectado hasta el piso de su escritorio.
En el primer día de trabajo también nos encontramos con el compañero trabajólico, ese que llega antes y se va después del horario indicado. No trabaja para vivir sino que vive para trabajar y realiza las actividades que no tendría por qué hacer según su cargo. Sin embargo, feliz las realiza y no reclama por tener más recarga laboral que sus compañeros.
Tampoco falta el compañero precavido, ese que pareciera que tuviera miedo a pasar penurias trabajando. Lleva su termo, té, café y agua de hierba por si algo le hace mal. Cuando hace calor jamás olvida en casa el ventilador con conexión USB y cuando las temperaturas son bajas siempre carga su guatero electrónico.
Personas así observarás en tu primer día de trabajo así como también hay situaciones que marcarán tu llegada a una nueva empresa.
Seguramente después de que tu jefe te presentó te invitó a que acomodaras tus cosas en el lugar designado. Que tu escritorio esté ubicado frente a una ventana en donde el sol de media mañana llega con toda su potencia, es una de las pequeñas pruebas que podrías sortear en tu primer día de trabajo. Lo importante, es dejar los nervios de lado, porque seguramente después de un rato sentado allí, quedarás encandilado.
Comienzas a mirar de reojo para ver si alguien te observa y detecta tu incomodidad y también esperas que alguien te mire con cierta ternura y te entregue la confianza necesaria para explicarle tu problema. En una primera jornada laborar nadie quiere provocar problemas ni generar asperezas, por lo que se tiene mucho cuidado en lo que se dice.
La comida del casino es también un tema importante, si en el primer día no te gusta o hay algo que te hace mal, tampoco se sabe muy bien qué hacer. Bien dicen que cuando estás en un lugar ajeno es mejor comer y callar, todo con la idea de no herir los sentimientos. Lo cierto, es que no importa lo que uno diga, sino la forma.
A modo de consejo, es mejor que durante tu primer día de trabajo, seas natural y respetes tu personalidad por algo estás ahí. Entonces para que nada te acompleje ni te cohíba es mejor ir preparado para todo, incluso para el compañero que puede estar no muy feliz por tu llegada y no te recibe como quisieras.
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