En las oficinas pasamos la mitad de nuestro día, y cuando sumamos las horas, llega incluso a tomarse casi toda la vida. Por eso sentimos nuestro cubículo es una casa, y nuestros compañeros, una familia. Como en todo grupo de hogar, lo normal es que no nos llevemos bien todo el tiempo, y más de una vez queramos matar a nuestros compañeros, como si de nuestros hermanos se tratase.
Aquí te dejo las cosas que más nos molestan de nuestros compañeros de trabajo, y como buena familia que somos, pues que a nadie se le ofenda el ego por una dosis de amor rudo:
-El que come y deja todo sucio: Quizás en tu casa lo haces y tu madre, que te ama, recoge el desastre que has dejado detrás. Lo que pasa es que a pesar que parecemos una familia, la verdad es que nadie te quiere tanto como para recoger los platos sucios que dejas detrás de ti. Se decente y limpia después de comer, te lo pedimos.
-El que llega tarde todo el tiempo: Es normal que cada cierto tiempo uno no llegue a la hora. Que si el tráfico, la micro, el metro o la realidad (pues nos quedamos dormidos). Pero ese compañero que llega tarde todo el tiempo, apurado y con cara de situación, pues molesta al otro que es más formal y preciso que campana de iglesia un domingo. Está bien que llegues tarde, pero deberías tratar de ajustar tu despertador unos minutos más temprano, por lo menos de vez en cuando.
-La que habla con su pololo todo el día: Si, el amor es bueno, pero tener que escuchar palabritas cuchis durante todo el día puede empalagar a más de uno. Y más si tu teléfono tiene un ringtone con una canción de Ricardo Arjona que atormenta hasta al mismo "poeta moderno". Si de verdad el amor que sientes por tu pololo es más grande que las normas de convivencia de tu oficina, por lo menos opta por mandarle mensajes de texto y no compartir tus cursilerías a vox populix en la oficina.
-El favorito del jefe: Todos queremos estar en gracia con nuestro jefe, al final, es quien decide que sigamos en la pega. Pero ese compañero que dice que si a todo, incluso a ir a trabajar el sábado por la mañana, nos deja mal a todos aquellos que aguantamos el trabajo, sólo porque nos pagan. Anda, sé un jugador de equipo, pero del equipo correcto. Ponte del lado de tus compañeros que quieren carretear todo el viernes y que la luz del sábado en la mañana le da alergia. Tu vida va a ser mucho más feliz.
-El que te quita la comida: Como familia que somos, seguramente no me molestará darte un poco de mi medialuna que me compré con tantas ganas antes de llegar a la oficina, o darte un poquito del chocolate levanta ánimo de las 4 de la tarde. Pero que lo hagas todos los días seguramente le pone los nervios de punta a tus compañeros, al portero y a la señora que limpia. Si quieres comer algo, pues muy fácil, trae lo tuyo y deja de velar las comidas de tus compañeros de oficina.
-El que no sabe que existen los emails y la mensajería instantánea: Pasa, quizás estás muy apurado y es más fácil avisarle "a garganta pura" a tu compañero del final de la oficina que ya mandaste el archivo. Pero eso saca de trance a los que estamos clavados en el computador haciendo que trabajamos en la entrega el viernes (cuando de verdad estamos viendo FB). La tecnología es nuestra amiga así que úsala. En vez de gritar, por el bien sonoro de la oficina, mándale un mensaje. así mantenemos la fiesta y la oficina en paz.
-El visitador: Un poco de distracción no le hace mal a nadie (para eso es que crearon twitter ¿no?) pero ese compañero que te "visita" varias veces al día hace que se nos desencaje nuestro pequeño espacio vital de la oficina. Nos encanta que nos quieras y que necesites compartir algo con nosotros, pero por favor, déjanos nuestro espacio de trabajo. Visítame temprano o a las 6 de la tarde. Pero todo el día nos cae pesado.
-El musicólogo experto (Pero inoportuno): Pues muy bien que quieras compartir tus gustos musicales con tus compañeros que se caen del sueño en sus computadoras. Lo que pasa es que no a todo el mundo le gusta el reggaeton, o el metal dark italiano, o la cumbia... Y por eso alguien creó los magníficos audífonos, para que puedas escuchar tu música a volúmenes no aceptados por la raza humana sin tener que compartirla con todo el mundo. Gracias, te queremos y sabemos que lo haces de buena fe. Pero bájale a la radio ahora mismo.
Foto CC vía Flickr