Por temas de horario, muchas veces es complicado compatibilizar trabajo y familia. Es por esto, que la idea de generar ingresos junto al núcleo familiar podría tornarse tentativa.
Todo nuevo desafío tiene sus riesgos e iniciar una PYME junto a pareja, hermanos o primos, podría traer problemas si no se saben manejar las diversas complejidades que aparezcan en el camino.
La consultora mexicana PrinceWaterHouseCoopers asegura que, lo fundamental, es evitar ciertos vicios e errores comunes que llevan al directo fracaso. Acá te los detallaremos para que los tomes en cuenta si tienes en mente dar inicio a una empresa familiar o bien, sacar a flote una ya en marcha.
Políticas deficientes de contratación o despido: No dejar las cosas claras desde un principio podría traer problemas laborales e incluso provocar un quiebre familiar. Por ejemplo, tener que despedir a un hermano o cuñado que no está rindiendo como se esperaba, podría terminar en una familia molesta al confundir las cosas. Es por esto, que es recomendable separar los ambientes, el laboral de los familiares, para así no herir los sentimientos de nadie al intentar poner reglas y que el negocio funcione. Asimismo, por mucho que cueste, es mejor no considerar a las personas con nulas competencias para el rubro de la pyme.
Poca capacidad profesional de familiares contratados: Al tener “compromisos familiares” con el primo cesante o el sobrino recién egresado, podríamos caer en la contratación de profesionales no capacitados para desempeñar un determinado cargo.
Malos manejos del flujo de efectivos: En este ítem también puede haber confusiones en cuáles son los dineros disponibles para gastar en el trabajo y en ocasiones extras o más bien familiares. Podría ser muy fácil creer que un asado recreacional de trabajo se podría convertir en un momento íntimo propiamente tal o quizás, que en un viaje laboral, se puede invitar a otros miembros del clan. Por eso es recomendable separar los espacios, el dinero y sobre todo las atribuciones de cada uno.
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