Trabajar al lado de una persona que no habla o se molesta cuando tú lo haces, puede ser incómodo e incluso causa que te inhibas. Es por esto, que se agradece que alguien alegre las horas de trabajo cuando se trata de turnos largos y cansadores.
Dicen que en todas partes hay un payaso, en el trabajo no tendría por qué haber excepción. Siempre hay un compañero buena onda que te hace reír cuando ya no puedes más de cansancio y solo quieres estar en tu casa descansado o bien, cuando las cosas en el ámbito laboral no andan de lo mejor y has recibido algún reto de tu jefe.
Cuando trabajas con alguien que te hace reír, también hace que las horas se pasen más rápido y te den ganas de volver a trabajar al día siguiente. En cambio un compañero hosco, lejanos y un poco antipático a veces, puede causar desmotivación en su entorno, provocando incluso que se mezcle el desagrado de ver su cara a diario, con el de ir a trabajar.
La persona ideal para tener como compañero de trabajo, es aquel que además de todo lo mencionado, es capaz de tomar con humor las situaciones más densas de las labores diarias, es decir, que si el jefe llega malhumorado un día, el sea capaz de alivianar nuevamente el ambiente, logrando así que nadie se ponga tenso ni menos se le contagien las malas energías.
Asimismo, aquel que sea capaz de poner una cuota de humor e incluso esperanza cuando fallan las estadísticas o bien, los pronósticos no son de los mejores y la preocupación inunda la oficina, se convertirá en la persona que todos queremos tener como compañero.
Eso sí, ten cuidado, todo tiene límites, hasta la simpatía. Una cosa es ser una persona amigable , espontánea y otra muy distinta es perder el respeto, hacer chistes con cosas que no lo ameritan –por ejemplo burlarse de alguien o tocar temas sensibles- o tomarse atribuciones que no corresponden.
Y si con esto te dan ganas de ser tú quien distienda el ambiente en Profesionales te contamos cómo Contagiar con optimismo tu oficina.
A fin de cuentas, una talla que ayude a mitigar el estrés laboral no le hace mal nadie. Compañeros densos habrán siempre, así como nunca faltará el que nos saque una sonrisa cuando todo parece estar oscuro y sin salida.
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