A la hora de buscar un empleo, son múltiples los factores en los que nos fijamos: el sueldo, la distancia que deberé recorrer desde mi casa, los horarios de trabajo, jornada part time o full time, entre otras.
Pero pocos y pocas son los que preguntan si deberán vestir formal o informal, con tacos o sandalias, con terno o jeans. Aunque al principio pueda ser un aspecto poco valorado, una vez que ya obtuviste el empleo, los elementos relacionados con el vestuario harán que tu estadía sea más o menos placentera en el, de por sí complejo, mundo laboral.
Por qué usar “ropa de calle” en el trabajo:
1.- Comodidad: la ropa y los zapatos con el uso se adaptan a cada persona y, sobre todo si debes trabajar de pie o en la calle y no en una oficina, lo mejor es usar atuendos que te permiten moverte con relajo y confort.
2.- Ahorras plata: la ropa formal, especialmente el terno en el caso de los hombres, no sirve para andar en la casa o salir los fines de semana. Su uso se restringe en la mayoría de los casos al trabajo, y como no son prendas muy económicas, lo más sensato sería usar ropa que podamos compatibilizar para usarla en todos los momentos.
3.- Libertad: te sientes más empoderado o empoderada, más tú mismo, ya que eliges las prendas que van con tu estilo de vida.
4.- Seguridad: también te entrega más identidad y así te sientes más seguro o segura con lo que llevas puesto. No andas preocupado ni incómodo con cómo te ves, te enfocas en trabajar.
5.- Creatividad: está demostrado que las grandes compañías no necesitan que sus trabajadores visten serios y formales para demostrar eficiencia y productividad. El caso más conocido es Mark Zuckerberg, genio de la tecnología y de Facebook reconocido por su aspecto informal y desaliñado. Además destaca la pertenencia, ya que si tu empresa te permite mantener tu estilo en el vestuario, es un buen indicio para pensar que también respetará tus ideas, lo que refuerza el sentido de pertenencia y compromiso hacia tu lugar de trabajo.
Aspectos negativos de vestir formal en el trabajo
1.- Calor en los hombres y lesiones en las mujeres: sobre todo si te mueves en transporte público, sabrás del sudor que se concentra en los ternos en verano. En el caso de las mujeres al usar tacos corren mayores de riesgos de sufrir deformciones en los pies o en casos más extremos lesiones como esguinces, que pueden volverse crónicas.
2.- La distancia entre los colegas: Cuando no es por decisión propia, el sólo hecho de vestir formal impone una barrera de distancia entre trabajadores que desempeñan roles similares, porque lo que se ha observado es que al usar ropa formal, no sólo el aspecto se torna serio y “ejecutivo”, sino también la actitud.
3.- Supresión aspectos personalidad: la forma de ser, los gustos e inclinaciones de una persona se demuestran en casa aspecto de su vida, siendo la vestimenta uno de los más relevantes por poder observarse a simple vista. La imposición de un traje es adoptar un carácter que quizás no va contigo, porque al vestirse todos iguales, se elimina un carácter esencial del vestuario, que es comunicar algo con él.
4.- Inflexibilidad: vestir formal puede demostrar inflexibilidad excesiva. Hay incluso una dimensión semiótica en que los colores importan: colores claros implican calidez y claridad; por el contrario, colores oscuros, implican sobriedad, lo que puede traducirse en escasa predisposición a los cambios.
5.- Perder el foco de lo importante: Lo más relevante es cómo desarrollas tu trabajo y la calidad de éste no está relacionada por los lujosos accesorios que puedas usar o las onerosas corbatas. Aunque la agitada vida moderna puede invertir las prioridades y sobrevalorar estos aspectos.