¿Conoces a los "empresarios espirituales"? Son eso que no les mueve únicamente el dinero en un negocio, también les importa qué, el por qué y el cómo retribuir a una comunidad, a las personas y al mundo entero mediante la innovación.
Tener fundamentos profesionales y valores personales son la clave del éxito a largo plazo, es lo que dicen muchos. Trabajar con la energía adecuada y las intenciones correctas, por alguna razón más "subjetiva", termina atrayendo cosas buenas. De la misma forma sucede en el polo opuesto. "Ley de atracción", le llaman, y muchos la llegan a tomar como un ideal para aceptar, creer y vivir.
El Zen es una de las escuelas japonesas más antiguas del oriente y hace hincapié en el valor de la meditación. También considera la sabiduría en base a la experiencia como camino para la iluminación. La vivimos, aprendemos de ella y lo compartimos ¿Por qué hablo de esto? Porque es una de las artes favoritas de los empresarios espirituales.
A continuación revisa seis principios del Zen que se pueden aplicar a tu felicidad personal y al éxito empresarial:
1.- ELIMINA EL DESORDEN (KANSO)
Toma una buena fotografía de la gente, los lugares, los procesos y las cosas que son desordenadas en el camino y saca lo simple de ellas. En una empresa, elimina los estorbos y dejar todo en calma, gracia y belleza.
Trata de hacer las cosas más fáciles, de encontrar y utilizar las aplicaciones apropiadas, descubrir las tecnologías y sistemas para ayudar a hacer las cosas más simples y más fáciles de usar para ti y tus clientes.
¿Quién y qué es lo que usted necesita para dejar las cosas lo más simple posible?
2.- NADA ES PERFECTO - FUKINSEI
Este principio nos dice que en el mundo la irregularidad es clave en el balance de las cosas. La imperfección es parte de nuestra existencia y es lo que provoca que las cosas funcionen de una forma correcta.
En una empresa, hay que evitar que empleados y jefes busquen la perfección, porque es como intentar encontrar la Atlántida. En el diseño y el arte, lo abstracto es señal de belleza, y en las empresas debiese ser lo mismo. Buscar algo 100% bien hecho es cree que el hombre es omnipotente.
3.- SER AUTÉNTICOS (SHIZEN)
Nada es más importante que ser quien uno dice ser y demostrarlo de forma convincente. Elabora un negocio transparente, donde la gente pueda saber qué tan único eres. El Shizen habla sobre la eliminación de las pretensiones, de ser alguien natural y espontáneo. Lo que sale forzado, no sale bien.
4.- SUTILEZA Y ELEGANCIA (YUGEN)
Menos es más. Debes centrarte en cómo se puede hacer una diferencia y resolver problemas a través de la inspiración y meditación. El Yugen dice que las cosas más profundas son las que son hechas con sutileza y la elegancia.
En una empresa, este principio nos dice que un trabajo bien hecho no es el que tiene de todo, sino el que se hizo con simpleza. Esto es especialmente reconocido en el mundo de la tecnología, donde los aparatos más simples, sutiles y elegantes se roban el mercado.
5.- NO TE LÍMITES A LA RUTINA (DATSUZOKU)
Las historias que más perduran en la historia, son aquellas que hablan de hechos extraordinarios y poco rutinarios. Esa es la esencia del Datsuzoku, alejarse de las convenciones que existen en el mundo y arriesgarse romper la rutina.
¿Cómo puedes hacer la diferencia? Un ejemplo, con actos de bondad diarios, de esos que no estás acostumbrado a realizar. En el Zen, romper la rutina es actuar distinto en beneficio del mundo. En una empresa, trabajar distinto te ofrece resultados beneficiosos para ti, los trabajadores y el mundo
6.- TRANQUILIDAD (SEIJAKU)
Tómate un tiempo para reflexionar y medita, incluso en lapsos cortos de tiempo. Zen es acerca de la intuición, escuchar a las demás personas y lo que nos dice el mundo. Este principio es tan esencial para el bienestar y se traduce en beneficios para nuestras familias, la comunidad y las empresas. Escuchar es la clave del éxito.
El Zen de mi éxito en los negocios siempre ha empezado conmigo y sigue con nosotros. El viaje ha tenido su propio flujo, el flujo y el ritmo y ha seguido a mí ir exactamente en la dirección que debo ir.
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