Los arrepentimientos son inevitables en nuestra vida, queramos o no. Sentir que pudimos hacer las cosas de forma distinta es porque la existencia, simplemente, no es perfecta. Lo que sí podemos hacer, es tratar de ser felices lo más posible y evitar, en la medida que sea necesario, pasar por cosas que no queremos.
Si bien no es raro que los profesionales de negocios desearan haber hecho las cosas de manera diferente, saber qué arrepentimientos son los más comunes es útil para que los trabajadores jóvenes y los no tanto sepan qué no deben hacer con sus vidas profesionales.
Aquí hay algunos arrepentimientos comunes de los trabajadores, para que tomes nota de estos y los evites antes de que sea demasiado tarde:
1.- Mantenerse en un mal trabajo
En realidad, la vida laboral puede ser bastante corta, pero parecerá eterna si nos mantenemos en un trabajo que no es interesante, gratificante o que en el que no hacemos las labores que deseamos. Si no eres feliz en tu trabajo, entonces no estamos haciendo un favor a nadie, ni a ti, ni a la empresa, ni a tu familia.
2.- No mantener los valores
Las empresas pueden estar llenas de malos vicios en los que es fácil caer en la tentación. Un par de billetes más en el salario puede ser lo suficientemente bueno para que los trabajadores hagan cosas de las que no están de acuerdo.
Un jefe poco confiable o un compañero mala influencia son típicos en empresas donde se mueve una buena cantidad de dinero. Estas personas pueden llevarnos a hacer cosas que lamentaremos en el futuro: mentir a tu jefe, ocultar algo, etcétera.
Las personas son mucho más felices cuando demuestran integridad. Eso significa tener un conjunto de valores claros, establecer límites y no cruzarlos para ganar dinero, poder o popularidad.
3.- No tomar riesgos
Uno de los arrepentimientos más comunes, no sólo en el trabajo, sino en la vida, es el "por qué no hice esto antes". No abandonamos el mundo corporativo y formamos nuestro propio negocio hasta las últimas instancias y ahí te das cuenta que lo podrías haber realizado mucho antes, si no fuese por temor o comodidad.
En efecto, es necesario hacer algunas apuestas en tu vida. Que funcionen o no son factores aparte, pero siempre los riesgos serán los recuerdos que mirarás con más cariño. Incluso un fracaso quedará más en tu corazón que derechamente no haber hecho nada.
Si puedes y quieres, lánzate con un negocio ahora mismo.
4.- Quedarse con los aspectos negativos
Muchas veces nos quedamos estancados con las cosas negativas de una empresa. Formamos parte y disfrutamos de los rumores que, a fin de cuentas, son deprimentes. Las personas más felices dedican el tiempo que hubieran gastado en las interacciones negativas a actividades más productivas.
5.- Preocuparse demasiado de lo que la gente piensa
Muchos tienen esta preocupación de, por ejemplo, revisar constantemente nuestros "me gusta" en las redes sociales para buscar la aprobación de los demás- a menudo, pero todos tenemos claro que tratar de complacer a los demás genera pensamientos tristes y estrés.
Hay que aprender a sentirse bien siendo diferentes, porque al final eso es lo que nos hace únicos e importantes. Deja de criticarte a ti mismo y recuerda que nadie te puede juzgar mejor que tú mismo, así que no permitas que los pensamientos ajenos afecten tu trabajo.
6.- No terminar lo que empezaste
Muchos trabajadores jubilados aseguran que no terminaron ciertas cosas porque no les dio el tiempo, mientras que otros, los más perfeccionistas, decían que nunca se sentían lo suficientemente buenos. Sea cual sea la excusa, es el momento para que todos nosotros nos comprometamos a terminar las tareas que tenemos a nuestro cargo, ya sea estudiar algo que siempre quisimos, aprender un idioma nuevo, tocar un instrumento o escribir un libro.
7.- No pasar suficiente tiempo con la familia
Debe ser uno de los arrepentimientos más fuertes de un trabajador. Muchas personas aseguran que han gastado demasiado tiempo y energía en el trabajo y se sentían culpable por no dar suficiente de sí mismos a sus seres queridos. Demasiados recuerdos se perdieron y demasiado tiempo se gastó por el necesario dinero. Si hay una lección que aprender de esto, es la necesidad de encontrar el equilibrio y resistir la tentación de trabajar en la casa porque el empleo se apoderó de nuestras vidas.