El miedo es una emoción de doble filo para todas las personas, puede ser negativo y positivo, dependiendo de cómo lo tomemos. En el primer caso, el temor a algo nos puede llevar a no tomar decisiones en nuestra vida, de las cuáles siempre nos lamentaremos. El miedo nos puede coartar, retener y dejarnos en una jaula como un ave de hogar.
Por otra parte, el miedo también es necesario, nos permite tener los pies en la tierra, conocer los riesgos de las cosas, ser precavidos y gracias a eso podemos sacar provechar y pensar con más inteligencia. Las personas que saben manejar sus temores, los conocen y enfrentan, son verdaderamente libres y exitosos.
Muchas cosas nos dan temor, por ejemplo -y es en donde quiero poner mi atención- el miedo a presentarse en público, alias "pánico escénico" ¿Por qué a algunos les asusta hablar frente a un grupo de personas?
Quizás porque, cada vez que debemos ser presentadores/oradores, es para algo importante y esa es una de las características del miedo: nos hace saber cuando nos enfrentamos a algo primordial.
Así lo vemos en las series, películas y en nuestra experiencia personal. El miedo aparece cuando estamos frente a algo relevante, algo que nos afectará de forma importante. Por lo tanto, el temor miedo es necesario, sin él, no nos podríamos desarrollar y crecer.
Entonces -y volviendo al tema del pánico escénico ¿Cómo manipulamos el temor en este caso? ¿Cómo controlamos los nervios? Aquí cuatro consejos para transformar el miedo en algo positivo:
1.- Respirar
Tómese un momento para recordar un lugar hermoso y tranquilo y respira tranquilamente. Hace poco tuve una experiencia de relajo tremendo. Me encontraba en un parque repleto de gente, con exceso de ruido y donde difícilmente podría descansar. Sin embargo, entre tanto ajetreo, encontré un punto donde tenían hamacas que se mecían al ritmo de una música ambiental, de esas que ponen en clases de yoga. Pensé y dije, "mmm, lo intentaré. Tengo nada que perder".
Lo siguiente que recuerdo, es cerrar los ojos y dejarme llevar, respirando como lo indicaba la instructora. Lo raro, es que seguía escuchando todo el ajetreo del parque, a la gente gritar, a los niños correr, pero ahora eso no impedía que pudiese descansar por 10 minutos. Era raro, estaba allí, pero no. Y eso lo logré gracias a la respiración.
De la misma forma puedes actuar en una presentación, respirar te ayudará a que tu mente esté en otro lado, a pesar de que sigas viendo a todo ese público pendiente de ti.
Te recomiendo estos consejos para tener una buena respiración
2.- Presentar antes
¿Qué quiero decir con esto? Conversa antes con algunas personas del público, sonríe, conversa y ríe un poco con gente en particular. Preséntate antes, así, al momento de enfrentar a los oyentes, tendrás un par de personas en las cuáles fijar tu atención y sentirte más relajado.
Esta técnica me sirve bastante y es lo básico que uno puede hacer. Es algo de instinto animal, preparar el terreno y tener todo listo para cazar a la presa. Lo mismo debemos hacer nosotros, tantear donde estamos, conocer el entorno y, finalmente, atacar.
3.- Visualizar
Pero antes de presentarte, hay una etapa previa. Sí, me refiero a los días o semanas anteriores a tu "disertación". Tu imaginación es clave en estas instancias. Visualiza el evento, ponte en los mejores casos. Anticipa preguntas, ponte en duda, pelea. Repite esto tantas veces como quieras y sigue mejorando hasta que te encuentres con el escenario perfecto.
4.- Moverte
El movimiento dispersa la adrenalina acumulada en tu cuerpo. Toda la tensión se puede ir con unos simples pasos. Así que si tienes la suerte de ser capaz de correr, saltar o saltar antes de hablar - entonces hazlo. Muévete por el escenario antes y durante la presentación. Juega con el escenario, deja el agua en un lado donde puedas caminar a tomarla, así no parece transmites nerviosismo, sino tranquilidad.
Así que ya lo sabes, enfrenta los miedos a presentarte y aprovéchalos para ti mismo. Como Mandela dijo una vez: "No es valiente aquel que no tiene miedo sino el que sabe conquistarlo".
Foto CC vía Wikimedia