El trabajo remoto o desde casa debe ser el sueño de todo trabajador, no importa el rubro, ya que el sencillo hecho de ir a una oficina puede ser agotador, considerando que muchos tienen que ir todos los días de cuello y corbata, en el caso de los hombres y con tacos molestos, en el caso de las mujeres.
Cuando trabajamos desde nuestro hogar, podemos estar con pijama si queremos (aunque no es lo ideal para la productividad) y nos adecuamos a nuestros horarios. En general, todo bien, siempre y cuando cumplamos con lo acordado en la oficina.
Parece la situación ideal, pero también hay problemas. Llevarse el trabajo a la casa significa que tendrás que juntar dos mundos que no están hechos para convivir: empleo y vida. Lo peor que puede casar es que el primero se tome tu casa, como un virus que poco a poco comienza a apoderarse de su huésped...o algo así nos contaban las películas de zombies.
¿Sabes cómo reconocer si el trabajo se está tomando tu casa, tu familia y tu vida? Acá hay alguna señales:
1.- Tu casa se volvió un centro de reuniones
El trabajo remoto es más entretenido, más relajado y puede ser más productivo, pero nunca debemos olvidar que el profesionalismo no se debe perder. Por eso, debemos mantener un mínimo de respeto con los compañeros y, especialmente, con los clientes.
Cuando comienzas a utilizar tu casa como un centro de reunión, es porque las cosas se te están descontrolando. En primer lugar, por lo que dije antes, el respeto. Segundo, porque ni para ti, ni para tu familia, será cómodo tener a gente de cuello y corbata en en living de tu hogar, donde se supone que uno debe estar relajado.
¿En plena reunión y tu hijo te pide algo? ¿Estás firmando algo y compañero de casa aparece en calzoncillos? No señor, las cosas no pueden funcionar de ese modo.
2.- Trabajo y hogar se están mimetizando
Los primeros días pueden ser los más difíciles cuando comienzas a trabajar desde tu casa, porque las tentaciones son muchas. Si durante tus horas de trabajo te pones a lavar la loza o a barrer, es porque el empleo remoto no está siendo efectivo.
El principal peligro, recuerden, es que estás juntando dos mundos que no debiesen estar tan cerca, por lo que el porcentaje de riesgo es amplio. Sin importar que los beneficios de estar en tu casa sean muchos, las consecuencias pueden ser peores.
¿Estás involucrando a tu familia en el trabajo? ¿Le estás pidiendo ayuda a tu amigo o esposa para trabajar? Entonces el trabajo desde tu casa ya está tomándose tu vida, así que es momento de buscar alternativas.
3.- Entras a tu casa...y ya no la encuentras
Así de simple, entras a tu casa, departamento, cabaña o mansión, lo que sea, y en vez de un ambiente tranquilo, con un living diseñado a tu estilo, te encuentras con una segunda oficina. Los papeles, carpetas y el escritorio se tomaron ese hermoso santuario que tenías.
Una caja por ahí, sobres por allá ¿Dónde dejé mi hermoso hogar? Si el trabajo está invadiendo tu templo de honor al descanso, es mejor detenerse y repensar la idea del empleo remoto.
Foto CC vía Wikipedia