Desde hace años que me ronda en la cabeza las ganas de crear un proyecto personal, algo que reúna las cosas que amo de la vida y que pueda compartir con el mundo. Ideas me nacen, muchas, las anoto y comienzo a imaginar un sinfín de posibilidades de lo que puedo hacer y no hacer. El sueño está, pero desde ahí ya comienzas a darte cuenta que es un camino difícil. Emprender, es difícil. Esa es la primera enseñanza que uno tiene.
Tengo un trabajo estable, que me gusta y dónde me desempeño en las áreas que amo, sin embargo, no se me puede sacar de la cabeza el sueño de tener algo propio, como el hijo que quieres ver nacer, que crezca sano, derecho y que sea exitoso. Día a día, en algún momento del día, mi mente comienza a recrear ese ideal, pensando en las formas en que puede llegar a ser realidad.
Lo anterior me lleva a concluir que, una de las cosas más difíciles para emprender, es dar el primer paso. Deben existir muchos motivos para esto: miedo, pocos recursos, escaso conocimiento del mercado, pero para mí, la causa principal es el agotamiento.
Hasta ahora, el principal impedimento para lanzarme desde ya con un proyecto, es el cansancio. Tengo jornadas agotadoras, redacto varias veces al día y eso, mentalmente, te agota. Por más que ames lo que haces, obviamente terminarás cansado. Al fin y al cabo, es trabajo.
Mi vida como trabajador
Al llegar a mi casa, me siento, me preparo una buena once y la disfruto viendo alguna serie que tenga pendiente. Luego, en algún momento, converso con un amigo y compañero de ideales, sobre qué queremos crear. Todo bien, pero siempre está ese agotamiento, ese día trabajado que no me permite dedicar todo el tiempo que quisiera a mis sueños a futuro.
¿Eso está mal? Claramente no lo sé, pero constantemente intento, aunque sea por una hora más, poner un ladrillo más en una casa que tanto esfuerzo me está costando poner en pie y eso que recién voy en el piso. No lo piensen mal, no pienso tirar la toalla, darse por vencido no es una opción. Sé que emprender significa trabajo duro y sacrificios, pero cuando el cuerpo no te da más, hay que darle un descanso.
Soy joven y sé que tengo muchos años todavía para hacer lo que quiero, pero mis ideas ya están, las ganas ya están y por eso es que quiero lanzarme a la aventura. Por eso sigo llegando a mi hogar e intento, aunque sea por par de minutos, darle una pincelada más a mi obra ¿Es eso suficiente?
En eso estoy en estos momentos, buscando la fórmula para enfrentar el día a día entre mi trabajo y mis proyectos, dos cosas que amo y que, por ahora, no quiero dejar de lado ¿Debo sobre exigirme? ¿Cuál es el verdadero precio que uno "paga"?
En fin, eso era lo que hoy quería compartir con ustedes y creo que estarán de acuerdo conmigo en que lo más difícil de llevar tus sueños a la realidad, es dar el primer paso.
¿Qué creen ustedes? ¿Cómo pudieron superar el agotamiento que conlleva estar trabajando y crear un proyecto?
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