2010 - Cursaba mi tercer año medio y era tiempo de decidir por mi futuro. No tenía nada en mente hasta que creé mi primer logo de marca en clases de Artes Visuales. Estuve pensando 10 minutos en cómo crear uno de forma original y bonito, lo dibujé y lo presenté.
Pero ahora venía lo más difícil: diseñar el mismo logo pero ahora en computador... ¡Y fue fantástico! Estaba diseñando en Photoshop, creando capas, filtros, fuentes, etc. Me encantó y sentí que claramente era lo mío. Soy bueno en esto, y por supuesto, con mi logo logré la mejor nota, un 7.0. A los días ya estaba practicando en casa. Descargué Photoshop gratis de la web, hice varios logos, portadas y montajes. ¡Me encantó, en serio!
Pero quería llegar más allá así que busqué en la web qué profesión desarrollaba esta genialidad. Así fue como di con Diseño Gráfico, pero a medida que leía todos los artículos y blogs que encontraba, poco a poco mi ilusión por dedicarme a esto se fue destruyendo.
“Chicos, no estudien Diseño Gráfico, sólo van a perder tiempo y dinero. No hay campo laboral, no hay trabajo y si lo encuentras, te pagarán una miseria. No cometan el error de muchos”. Me bajonié bastante...
Lo superé y fui por una segunda oportunidad. A esas alturas, había pasado a cuarto año medio y tenía mayor acceso a información. Asistí a todas las charlas que nos daban las instituciones, muchas no tenían Diseño Gráfico, otras sí pero no estaban acreditadas, etc.
Me di por vencido... Me gradué y me tome dos años sabáticos, suficientes para decidir qué carrera estudiar. Pensé en ser paisajista o incluso, estudiar Publicidad, pero no.
2013 - Conocí mucha gente que estaba estudiando Diseño Gráfico, profesores de institutos y universidades. También conocí a mi ex pareja, diseñador gráfico y publicista, quien me orientó en la carrera, me mostró su portafolio y me presentó su área de trabajo; una agencia de PUBLIVIAS.
Me pareció que si valía la pena, crear, diseñar, dibujar, seducir y encantar a la gente con tu trabajo, entregar ideas creativas a pesar de su poco espacio laboral. Me demoré un mes en informarme del instituto donde iba estudiar, porque ya estaba decidido.
No di la PSU, no opté por becas, menos por créditos, me fui directo a un instituto privado. La AIEP de la Universidad Andrés Bello fue mi mejor opción, me convenció la certificación entregada por NABA (Nuova Accademia di Belle Arti), la primera academia de diseño gráfico, artes visuales, diseño de vestuario y escenografía que te da la posibilidad de desarrollarte en el extranjero.
A todo esto, ya estoy matriculado y consciente de lo bueno y malo de esta carrera, estoy preparado para entregar lo mejor y de aprender lo suficiente. Mi sueño es volverme un gran profesional y ser un diseñador gráfico reconocido en mi país. Este 2014 empiezo a prepararme como estudiante.
Por Felipe Gatica
Foto CC Vía Flickr