Según la consultora de colocación Office Team, el 50% de las personas dice haber tenido un "mal jefe" o un superior que les hizo la vida imposible. Para nadie es novedad que idiotas se encuentran en todas partes, pero ¿Qué hacer cuando ese idiota es precisamente tu jefe?
Lidiar con un jefe con el que te llevas mal significa un gran problema, ya que no solo afecta a tu desempeño diario, sino que puede significarte una carga de estrés inmensa, puede dañar tu salud y además frenar tu crecimiento profesional en la empresa. Ahora bien, ¿Cómo nos enfrentamos a este jefe insoportable? Aqui algunos tips para que sobrevivas.
1) Identifica el problema: Es importante que mantengas la cabeza fría colega. Piensa bien las cosas y ve si realmente el problema es la incompetencia del jefe o si el problema tiene una tonalidad más emocional entre ustedes. Es decir, ¿Hay reales motivos por los que nos llevamos mal o se trata de que no hay química?
2) Analiza tu desempeño: ¿El jefe siempre te dice que hagas bien la pega? ¿No está contento con tu trabajo? Quizás sea hora de sentarte y ver las cosas desde otro ángulo. Tal vez estás fallando en algo y es tu deber profesional mejorarlo. Siempre hay motivos para los disgustos. Sucede a veces que el motivo podemos ser nosotros y eso es reparable.
3) Se el mejor: Un jefe no puede tener quejas contra ti si eres el mejor del equipo. Si siempre realizas todas las tareas con pulcritud y eficacia, el jefe se quedará sin argumentos para molestarte tanto. Cuida mucho tus horarios de llegada y salida, procura ser lo más correcto dentro de la empresa.
4) Pon un "alto": Si te das cuenta que aunque eres uno de los más destacados trabajadores del grupo y aún así siguen los problemas, debes poner un alto a la situación. La relación jefe/empleador debe ser recíproca. No le estás haciendo ningún favor ni el a ti. Tú laboras por un sueldo e intereses personales. Y el se ve beneficiado de ese trabajo. Siempre al poner problemas en evidencia debes llegar con propuestas para mejorar las cosas. De nada sirve hacer ruido, quejarse y reclamar si no tienes soluciones concretas. Actúa con diplomacia y educación siempre, nunca recargues tus discursos con tintes de emocionalidad. Lo visceral tendrás que guardarlo en la casa.
5) Renuncia: Si la situación ha llegado a un límite y has intentado todo antes, renuncia. No tienes por qué soportar malos tratos y humillaciones. Eres un profesional en tu trabajo y si en el lugar donde estás no saben apreciarlo, seguro tendrás otras mejores oportunidades esperando por ti. No te martirices.
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