En cualquier ámbito de la vida, hacer las cosas bien requiere de trabajo y sacrificio. Nadie nos ha regalado nada y nos ganamos "los porotos" con el sudor de nuestra frente. Muchas veces dejamos de lado cosas y aceptamos otras en la búsqueda de un bien mayor. Por ejemplo, como periodista, he visto como personas trabajan mucho por poco, sin reclamar mucho porque tienen un trabajo estable ¿Es realmente importante tener un trabajo, sea como sea? ¿O debemos tener un empleo que mire con dignidad nuestra labor?
Los sacrificios son necesarios, eso lo tenemos claro. La vida es dura y debemos asumirlo. Sin embargo ¿Cuándo nos encontramos frente a excesos? Debemos saber cuando los costos de tener un trabajo son demasiados altos, por ejemplo, en estos casos:
1.- El tiempo libre siempre interrumpe tu trabajo
No importa en qué campo te desenvuelvas o qué tan satisfecho puedes estar con lo que haces, lo mejor es averiguar e implantar un límite entre trabajo y relajo, porque suenan iguales pero son distintos. A veces, tienes que llegar más lejos que "la intención de hacerlo" ¿Qué quiere decir esto? Que realmente te propongas como meta disfrutar de tu vida y separarla del trabajo. Haz cosas que no tengan nada que ver con tu empleo. Si estás en un trabajo que cambia constantemente y eres de esos empresarios que tienen que trabajar largas horas para reactivar una empresa, el no tener espacios para el entretenimiento puede ser la culpa.
2.- ¿Realmente estás disfrutando tu sueldo?
Hay momentos en que tu sueldo termina siendo un problema más que un ángel caído del cielo. Cuentas, arriendo, regalos, comer...o sea sobrevivir, todas esas cosas terminan consumiendo tu sueldo y te das cuenta que en vez de ser feliz por el pago a fin de mes, te estresas por no saber cómo aguantar con la plata que tienes.
Claro, si no ganamos lo suficiente deberíamos ir por más ¿o no? Lamentablemente, las opciones laborales no llueven y mucha gente opta por seguir aguantando con el dinero que tienen, sabiendo que será difícil, muy difícil, ir por más.
3.- Estás viviendo constantemente en estrés y ansiedad
El estrés constante es algo que viven muchos trabajadores, y no vale la pena el esfuerzo. Al pensar en el trabajo de forma negativa, desde que te levantas hasta el anocher, estás fijando tu mente en una sola y estresante materia ¿Dónde está el espacio para la felicidad? Esto es algo que sucede con muchos trabajadores y yo también he pasado por una experiencia similar. El pensar constantemente en un empleo y sentirse desmotivado, es un error, sin importar la situación que vivamos.
Cuando algo no nos gusta de nuestra vida ¿No debemos eliminarlo? Lamentablemente, el dinero, el "estúpido y sensual" dinero, nos obliga a tomar decisiones que van en contra de lo que queremos en nuestra vida ¿Es justo y necesario? Yo creo que no, pero también viví con esa creencia.
4.- ¿Y mis amigos?
Si las únicas relaciones que tienes son laborales, es posible que tengas un problema. No se trata, obviamente, de que no conozcamos a nadie más, sino de que nuestras reuniones con amigos cada vez se van reduciendo más.
Los adictos al trabajo tienen un montón de ingresos, pero escasa vida social, especialmente los grandes empresarios. En algunos casos, eso está bien por un tiempo. Tener un empleo no implica disminuir las relaciones de amistad. Tienes menos tiempo, pero eso difícilmente es una excusa, más si reemplazas ese tiempo con cosas como "adelantar pega", "tengo que terminar unas cosas del trabajo" o similares.
De todas formas, los verdaderos amigos te harán saber cuando el trabajo te esté consumiendo, colegas de negocios se acaba de animarle a trabajar más porque cosechar las recompensas. Usted podría terminar con una empresa de éxito grande, pero la vida es algo más que el éxito financiero.
5.- Los mails te estresan
Después del horario de oficina, el trabajo te persigue a tu casa en forma de smartphone. Estás lejos de tu puesto, pero los deberes están ahí, a un "enviar mail" de distancia y cada vez que recibes un nuevo correo tu cabeza comienza a doler.
Deja los aparatos electrónicos fuera de tu vida alguna vez. Cuando el teléfono o tu tablet no están disponibles para ti puedes, por fin, volver al mundo real y compartir con la gente que está frente a ti. Tu cerebro necesita una relajación de los gadgets, y el uso excesivo no es recomendable para nadie, menos si todo tiene que ver con responder mails y llamados.
¿Qué les pareció esto amigos?
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