Con los años, se ha instaurado un dogma respecto a la seguridad laboral que traen los estudios universitarios. Se sostiene un miedo con respecto a presentar un currículum sin aquellos antecedentes educacionales, y a lo que se suma el que ciertas universidades tengan mayor preferencia en las oficinas de Recursos Humanos. Sin embargo, la llave del éxito no está hecha con un título profesional.
Las historias son muchas. Jóvenes emprendedores o inteligentes, que tras ser expulsados de la Universidad, haberla abandonado voluntariamente o simplemente nunca haber ingresado, logran transformarse en exitosos hombres y mujeres en distintas áreas.
Obviando los numerosos casos en el área de la música. En el área de la tecnología, Bill Gates, Mark Zuckerberg, y otras brillantes mentes de Silicon Valley, dejaron sus estudios en prestigiosas universidades con tal de crear proyectos millonarios como lo son Microsoft y la red social Facebook.
También actores como Sir Sean Connery, el intérprete que dio la patada inicial a una de las sagas de espías más exitosas del cine o Will Smith, nominado al Oscar por su actuación en “En busca de la Felicidad” como Chris Gardner, otro gran emprendedor que se transformó en un brillante hombre de negocios
La lista es larga con nombres como: Abraham Lincoln, Cristóbal Colón, Henry Ford, James Cameron, Simon Cowell y Thomas Alva Edison.
Ya muchos expertos lo han dicho: El sistema educativo actual, no da espacio para la diversidad.
La masividad de los medios de comunicación lo revelan ahora con más frecuencia. El mundo es recipiente de una diversidad de talentos a los que las instituciones educacionales no están construidas para.
Muchas personas poseen habilidades que no pueden ser potenciadas por las universidades o institutos, debido principalmente a que el sistema que impera fue construido durante la Revolución Industrial, donde se priorizaban aquellas materias más relacionadas con el proceso social y urbano de ese tiempo. Quedado asignaturas como las matemáticas y las ciencias en la primera necesidad.
Esto motiva a que la universidad sea una pecera muy angosta o de una forma que no permite desarrollar otras virtudes.
Empezar pequeños negocios, potenciarlos, y abrirse a otros espacios. Tener una idea nueva, alimentarla, darla a conocer y cosecharla.
Lo importante es no verse detenido por las opiniones de otras personas, aprovechar los talentos que uno posee y buscar las instancias y los medios para llevarlos a un nuevo nivel.
Crear un nuevo servicio, descubrir un problema y darle una respuesta innovadora.
Hay cosas que simplemente la vida te las enseña, basta con saber transformar la experiencia en soluciones.
¿Y tú qué camino tomarás?
Imagen tomada de ISCTE, licenciada con Creative Commons