Gran parte de la historia de vida nuestra se basa en la toma de decisiones. Cosas cómo qué queremos estudiar, en qué queremos trabajar o con quién queremos estar, son puntos claves que tenemos que elegir en algún momento. Es por eso que tomar las decisiones correctas son tan importantes, porque un error nos puede hacer retroceder en el camino que recorremos desde que nacimos.
En el trabajo la cosa es igual, las decisiones marcan el éxito o fracaso de una empresa ¿Estamos realmente conscientes de lo que implica tomar una mala decisión? Podemos pensar que las cosas siempre se pueden reparar, pero eso puede no ser verdad.
Psicólogos indican en un estudio que muchas personas dejan la toma de decisiones al azar, para no sentirse culpables a la hora de cometer un error.Si la indecisión es un problema en su empresa, puede utilizar estas tres estrategias para ayudar a mejorar estas decisivas acciones.
1. Deshacerse del miedo.
El miedo es el principal factor que nos lleva a tomar malas decisiones y por eso lo primero que debemos eliminar de nuestras vidas ¿Más fácil decirlo que hacerlo? Claramente sí, pero hay una forma de lograr eliminar los temores y es gracias al "fracaso inteligente.
Tal como dice Henry Ford: “El fracaso es la oportunidad para volver a intentarlo más inteligentemente”. Gracias a esta cita debemos considerar que no todos los fracasos se deben a malas ideas o malas decisiones. Muchas veces, un plan fracasó a pesar de tener idas exitosas.
En el caso de los fracasos inteligentes, la idea es motivar a la gente a sacarse esa idea de que una derrota es lamentable y que todos te mirarán mal. Por el contrario, si tu plan falló, es deber del resto rescatar las cosas positivas que se desprendieron de este fracaso, partiendo por el hecho de que la idea siempre fue buena pero que, finalmente, no salió como todos esperábamos.
2. Darse cuenta de que la vida no es justa.Algunas personas prefieren que otros tomen decisiones porque consideran que es injusto que sólo ellos escojan lo que va a ocurrir con una empresa. Tienen razón. Un buen tomador de decisiones utiliza su mejor juicio y comprensión de datos para escoger la mejor opción, pero es su decisión y, por tanto, puede parecer injusta.
¿Por qué digo lo anterior? Porque muchas malas decisiones se toma por este motivo, por el hecho de tomar una opción que sea del gusto de todos y que, generalmente, no es la que se debería tomar. Debemos aceptar que la vida no es justa y que hay gente mejor capacitada para tomar decisiones. Si ese eres tú, sólo gana confianza y asume que no todos estarán contentos con las opciones que elijas, pero sabrás que es lo mejor para ellos.
3. Forzar la situación.
Para eliminar las indecisiones, crea deadlines ¿Qué quiere decir esto? Que cada vez que te no sepas que decisión tomar, debes establecer un límite de tiempo para escoger la opción correcta.
Un ejemplo de esto, es cuando tomamos decisiones con amigos o familiares ¿Qué vamos a hacer esta noche? Y todos tienen una opinión distinta. Entonces, el "líder", decide que si a cierta hora no hay una decisión tomada, se irá a "x" lugar. De esta forma, la gente pensará con más lucidez y rápidez lo que quieren hacer, sabiendo que la opción "x" quizás no sea de su agrado.
Este último consejo, es para decisiones de menor importancia pero que, al final, igual son opciones que debemos tomar en nuestra vida.