Conozco muchas personas que han tenido ideas simplemente geniales para un emprendimiento; sin embargo, éste al final no despega o no tiene la aceptación e impacto esperado en los consumidores. Correr tal suerte es un temor común entre quienes tienen un nuevo negocio en mente. He aquí, entonces, cuáles son los errores en que incurren con mayor frecuencia los nuevos pequeños empresarios, para así evitar que una gran idea se diluya por una jugada poco estratégica. Veamos:
1.Inexistencia Digital: En una era dominada por las nuevas tecnologías, aquella pequeña empresa que no tiene presencia digital está prácticamente acabada. Yo misma – e infiero que muchos lectores también – cuando requiero algún servicio lo busco a través de Internet. Y sólo me convenzo de escogerlo cuando he revisado detalladamente qué incluye, qué costos tiene, etc. A mayor información disponible, más son las posibilidades de que lo contrate. Las redes sociales son herramientas poderosas para la difusión de un negocio en nuestros días. Quien no dispone de una cuenta en Facebook o Twitter está en grave desconexión con su entorno, lujo que ningún negocio puede permitirse.
Es importante considerar también que un web site poco profesional y más bien amateur nos lleva – consciente o inconscientemente – a dudar de la calidad del servicio ofrecido. Por el contrario, si la navegabilidad es muy compleja y el usuario ve dificultado el acceso a información relevante– como los precios, debiendo llenar largos formularios para obtenerlos -, lo más probable es que se aburra de intentarlo. Personalmente, cuando me encuentro con este tipo de portales – a no ser que esté muy impresionada con el producto – paso de largo. Prefiero aquellas empresas que me entregan todos los datos que requiero de la manera más expedita.
2.Mala Administración: Organizar una pequeña empresa no es tarea fácil. Al igual que un negocio macro, requiere estrategia, visión definida y cultura organizacional. Y muchos pequeños empresarios - subestimando el volumen de su emprendimiento - descuidan estos puntos de importancia vital para un buen desempeño.
No sólo es menester definir cuáles son los objetivos de la empresa (es decir, su misión, visión y valores), sino también darlos a conocer a los colaboradores. Sólo así se puede definir una estrategia organizacional que garantice que todo el personal “rema hacia el mismo lado”, ergo, comprende la importancia de su rol dentro de la organización y lo cumple con eficiencia. Esto no sólo conlleva beneficios en el desempeño y la productividad, sino en la fidelización de los empleados talentosos, quienes al sentirse valorados por sus jefaturas, comprenden lo significativo de sus esfuerzos y se esmeran en dar aún más.
La solución para estos errores típicos pasa por una adecuada estrategia comunicacional – tanto interna como externa - para obtener buenos resultados. Interna, para clarificar a todo al personal la misión y visión de la empresa, lo que permitirá optimizar el clima y crear una sensación de “unidad” en pro de un mismo fin. Externa, para presentar el producto a la comunidad, cautivando su interés en consumirlo, lo cual es vital para que el negocio funcione. Sólo valiéndonos de estas útiles estrategias, no caeremos en equívocos que pueden costar el éxito de nuestro emprendimiento.