La era digital se suponía que nos iba a conectar más a las personas... y así es, pero a costa de nuestra "vida real". Día a día, como una rutina cualquiera, nos enfrentamos a personas que se despiden de este mundo para entrar a otro que está frente a la pantalla de su smartphone.
¿Sabías que la adicción a los teléfonos móviles ya han creado una patología llamada nomofobia? Así es y esta no es más que el pánico que le produce a las personas el salir del hogar sin su smartphone. La dependencia del móvil es tal, que muchos sienten ansiedad cuando no lo tienen a mano o se les descarga la batería ¿Les parece familiar?
La falta de un dispositivo, para los adictos, genera un estrés similar al provocado por una cita al dentista o el día de bodas.
¿Qué causa esta adicción? Pensemos que los computadores e internet ya son adictivos si no se manejan con responsabilidad, entonces, imaginen que ocurre cuando estas dos cosas ahora son móviles y las podemos tener 24/7, sin importar donde vayamos. La adicción crece, claramente.
Siendo más "científicos", la obsesión que genera internet provoca, al igual que la nicotina, que se altere el gen CHRNA4, lo que provoca que nuestro cerebro sienta la necesidad de recibir los "efectos" de consumir las cosas que nos tienen adictos.
¿Qué harían si no tuviesen su smartphone por una semana?
Un estudio realizado por Frontpage, reveló que la respuesta más común de las personas al hacerles esta pregunta, fue que "no podrían durar mucho tiempo sin su teléfono" o "sólo si le pagaran 100 dólares".
Llevado a comprobación científica, los investigadores decidieron comprobar realmente qué pasaría si a las personas se les quitara el teléfono móvil por una semana, exigiéndoles que anotarán cada vez que sintieran la ansiedad de usarlo, el motivo de hacerlo y qué sensaciones tenían debido a la falta del aparato.
Los resultados fueron divididos según aquellas personas que necesitaban su teléfono para llamar y aquellas que ocupaban sus aplicaciones como Facebook o Twitter. Los resultados fueron los siguientes:
¿Qué ocurrió después?
Luego de una semana de investigación, la primera conclusión fue que la adicción a los teléfonos es totalmente cierta y la mayoría de las personas que formaban parte del estudio se sentía tan conectada a sus teléfonos que realmente sienten miedo de perderlo, de la misma forma que se teme perder una mascota o un familiar.
Luego del tiempo sin smartphones, los sujetos se mostraban muy ansiosos cuando ellos no podían simplemente hacer un llamado o enviar un mensaje de texto. En cambio, para aquellos que utilizaban las aplicaciones, no contar con ayudas para encontrar direcciones o buscar servicios era realmente una frustración constante.
Además, una semana sin teléfono provoca que los efectos de ansiedad sean mucho mayores, demostrando que la nomofobia es una cosa que hay que tomarse con total seriedad.
Finalmente, algunas personas aclararon que la ausencia de su teléfono si trajo ciertos beneficios, como la posibilidad de enfocarse 100% a otros proyectos.