Una cosa son los empleos temporales o para juntar plata durante nuestros estudios, otra cosa es el primer trabajo "real" que obtienes en tu vida. Ese que te mantiene en una oficina de lunes a viernes y que viene a mostrarte la realidad del profesional, la que nadie (o pocos) quiere que llegue.
¿Sabes cuántas cosas puedes cambiar en tu nueva vida como profesional? Pues acá tienes una lista de 13 cosas que aprenderás cuando tengas tu primer trabajo "real". Es un mundo cruel, al parecer.
1.- Por fin eres financieramente independiente
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Día 1: "Sí, por fin lo logramos, ya no dependemos de nadie para comprar nuestras cosas".
Día 365: "Quiero volver a los tiempos en que no tenía que mantenerme por mí mismo".
Es así y a muchos les pasa. La independencia financiera parece ser el sueño perfecto, sin embargo, no es tan entretenido como suena. Sí, ahora es nuestra plata y podamos hacer con ella lo que queramos, pero muchas veces nos encontraremos con una billetera vacía y con la vergüenza de no querer recurrir a nadie (menos a nuestros padres) para salvarnos.
2.- No disfrutarás el 100% de tu sueldo
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A diferencia de los trabajos escolares o universitarios, con tu primer trabajo "real" también te enfrentas a una vida distinta. Comienzas a descubrir que las cuentas ya no se pagarán por sí solas y a la vez verás como el sueldo baja y baja. Vamos, no es un gran problema, igual te quedará plata para gastar en lo que tú quieras!! No todo es gris.
3.- Te acostumbrarás a vivir cansado
[caption id="" align="alignnone" width="500"] Giphy.com[/caption]
No importa si es el trabajo más complicado del mundo o si la labor es similar a unas vacaciones pagadas, hay algo en la palabra "empleo" que te agota inmediatamente. El sueño se vuelve parte de ti y cuando tienes todas las energías del mundo debes aprovecharlas a como de lugar, pues es tan poco frecuente como la aparición del cometa Halley.
4.- Tus hábitos alimenticios no mejorarán.
[caption id="" align="alignnone" width="500"] Nickelodeon / Via chokolade-kage.tumblr.com[/caption]
Si creías que un trabajo de verdad te cambiaría el pelo, piénsalo nuevamente. Durante los primeros meses de trabajo no te darán ganas ni de poner el hervidor de agua, por lo que menos podrás preparar ese plato gourmet exótico y saludable que tanto querías preparar cuando "tuviera la plata".
Lo bueno de tener un sueldo fijo, es que ahora podrás llegar a tu casa y encargar una pizza sin miedo a no tener plata. Algo es algo.
5.- En relación a lo anterior: el tiempo para cocinar no existe.
[caption id="" align="alignnone" width="500"] FOX / Via gemini-dragon-gifs.tumblr.com[/caption]
¿Por qué tus hábitos se mantendrán? Básicamente porque no tendrás tiempo para cocinar, más bien, no tendrás ganas de cocinar. Ahí es cuando, recurriendo a las viejas técnicas universitarias, las comidas preparadas pasan a ser un manjar creado por los dioses.
6.- Conocerás las horas punta...y las odiarás.
[caption id="" align="alignnone" width="500"] Warner Bros. / Via Brad Esposito / Buzzfeed[/caption]
Especialmente para los que utilizan el transporte público, las horas punta son duelos a vida o muerte. Ni las más grandes escenas de guerra pueden igualar a las batallas campales que se desatan en el metro o en las micros. Caos total. En ese momento es cuando comienzas a amar los horarios libres y, especialmente, caminar y andar en bicicleta.
7.- Descubrirás la poca ropa formal que tienes
Si trabajas en una oficina, los primeros días te darás cuenta que con suerte tienes una tenida formal, que fue la que utilizaste en tu graduación del colegio, en los exámenes universitarios y en tu ceremonia de titulación. También fue el terno que ocupaste para los matrimonios y entrevistas de trabajo.
En el caso de las mujeres, es mucho más fácil enfrentar el nuevo reto de la moda que imponen los trabajos, ya que están más acostumbradas a tener más ropa formal que los hombres. Buena suerte para ellas, mala suerte para nosotros.
8.- Comienzas a valorar más tu tiempo libre
[caption id="" align="alignnone" width="500"] tumblr.com / Via katherineraeeee.tumblr.com[/caption]
Empiezas a darle más importancia a las horas fuera del trabajo. Cada segundo cuenta, por lo que también comienzas a hacerte más amigos de las agendas y los calendarios. No se puede desperdiciar ningún segundo fuera del trabajo.
9.- Por fin, a tus 20 y tantos, comienzas a sentir la madurez
[caption id="" align="alignnone" width="500"] AMC / Via uproxx.com[/caption]
Luego de pasar una vida universitaria desenfrenada, con tu primer trabajo como profesional por fin comienzas a sentir los primeros signos de madurez...o algo así. Bueno, sí, comienzas a tener tu vida independiente, tienes cuentas, pagas tu previsión e impuestos y bla, bla, bla... Ya, para que nos engañamos, muchos seguirán (seguiremos) mostrando rasgos de la inmadurez, pero, como dicen, nunca hay que borrar de nuestra alma al niño que fuimos.
10.- La hora de almuerzo, realmente no es una hora
No será una cosa tan simple como que llegue la hora de almuerzo y te sientes feliz de la vida por una hora. Habrán muchos detalles entremedio, terminar un informe, ir a comprar, esperar que el microondas esté desocupado y muchos otros factores más. En fin, cuando comiences en esta nueva vida laboral, deberás comer a la velocidad de la luz hasta que te adaptes a este horario.
11.- Comenzarán a esperar mucho de ti, MUCHO.
[caption id="" align="alignnone" width="500"] TLC / Via whatshouldglotzbachcallme.tumblr.com[/caption]
12.- La cafeína es tu amigo
Si el perro es el mejor amigo del hombre, el café es el mejor amigo del trabajador/a. De hecho, una cafetera es un objeto infaltable en cualquier oficina del país, del continente y del mundo.
En verdad, no sólo es el café, sino cualquier cosa que contenga la vital cafeína que nos ayudará a enfrentar el día a día en el trabajo. Una bebida energética también puede ser un buen aliado para muchos.
Si no eres fan del café, encontrarás algún vicio que te haga soportar la jornada laboral, pero ten en claro que algo te acompañará de lunes a viernes.
13.- Cualquier lugar es bueno para dormir[caption id="" align="alignnone" width="500"] Giphy.com[/caption]
Como el sueño es mucho y el tiempo es poco, cualquier lugar se transformará en una cama para nosotros. El escritorio, el baño, el piso, la cocina y la escalera, todo tiene forma de colchón y buscaremos aprovechar cada minuto de libertad para "pestañear".
Así es la vida laboral, dura, pero en el fondo, muy en el fondo, bonita.