Empleos Freak: Sacador de punta de lápices

Las historias sobre emprendimientos son muy interesantes y útiles. Podríamos pensar que grandes ideas nacen luego de meses de consultas y planificaciones, cuando en verdad es todo lo contrario. En la ducha, tomando con los amigos o viendo alguna serie de TV, nuestra "ampolleta" se prende en cualquier momento y muchos casos lo demuestran, como el que les contaré ahora.

David Rees es un dibujante de viñetas humorísticas sobre política para varios medios de prensa escrita en Estados Unidos. Como toda persona, tuvo altos y bajos en su carrera profesional, trabajando para medios como Rolling Stone o The Huffington Post. Todo bien, hasta que un día decidió abandonar todo por seguir su verdadero sueño: los lápices.

Todo partió como una broma, una simple e irónica humorada, sólo eso. Hace dos años Rees decidió seguir su pasión por los minas (de lápiz) y creó un negocio que entrega un servicio muy, pero muy particular: afilador de lápices #2. Esa idea, que simplemente era un juego, terminó siendo una empresa en la que ya tiene más de dos mil clientes, cobrando 35 dólares por cada servicio.

David Thomas, afirma que las ventajas de su servicio, es que la punta no se rompe por nada en el mundo, ni aunque lances el lápiz con furia contra la pared.. Así de resistente ¿Te atrae su servicio? Visita aquí su sitio oficial

El afilador también aseguro que sí, todo partió como una broma, pero ahora es totalmente serio:

"Si usted piensa que es una broma, ¿por qué no te pinchas a ti mismo con tu lápiz recién afilado? O mejor no lo hagas - porque realmente te va a doler-. De hecho, cada lápiz afilado por David Rees se envía con un certificado firmado y fechado autentificando que ahora es un objeto peligroso"

Así es, Rees se tomó sus sueños tan en serio, que incluso lanzó un libro sobre el arte de afilar lápices ¿Ven lo que hace la perseverancia de las personas?

La pasión por algo, el amor por los lápices #2 y una simple broma, llevaron a una persona a encontrar el trabajo de sus sueños ¿Aún sigues pensando que amar el trabajo es imposible?