Las discusiones en un empleo son inevitables. Las tensiones que produce el trabajo provoca que, en ocasiones, las personas se muestren menos tolerantes a las opiniones ajenas.
Los conflictos son un hecho de la vida, incluso en el lugar de trabajo. La Universidad Abilene Christian, elaboró una interesante infografía con 9 pasos que ayudarán a enfrentar un conflicto en el empleo de la mejor forma:
1.- Reconocer los conflictos que van a suceder:
Un 85% de trabajadores tienen que toparse alguna vez con un conflicto en su trabajo, según la infografía. De estos casos, un 49% de los problemas son debido a choques de personalidad o enfrentamiento de egos, siendo en un 33% de los casos conflictos debido a sobrecarga de trabajo.
Ante esto, el manager de un empleo debe que los conflictos son inevitables y eso puede ser bueno. Que los trabajadores defiendan sus opiniones significa que están enganchados con sus tareas y comprometidos con el trabajo. El truco para un líder, está en lograr que los conflictos jueguen a favor de la empresa.
Si un empresario saber anticipar los conflictos y manejarlos correctamente, pueden traer resultados positivos: nuevas ideas, progreso y un lugar de trabajo mas productivo.
2.- No esperar a que las cosas exploten:
Es esencial enfrentar los conflictos cuando recién están naciendo. Eso de pensar que hay que dejar que las personas se liberen, no se aplica en el trabajo, porque puede ser muy riesgoso. Si las cosas llegasen a explotar, podría afectar la productividad y felicidad en el trabajo.
Que los problemas se salgan de las manos es común en los empleos y un 89% de trabajadores asegura que se ha enfrentado a estas situaciones, asegurando que los líderes son los principales encargados de evitar estas "explosiones".
3.- Conoce los tópicos
Tú y las empresas no tienen la energía y paciencia completa para dar solución al 100% de los conflictos. Los líderes tampoco son superhéroes. Hay que tomarse el tiempo para evaluar si vale la pena o no darle importancia al problema o si es algo que no tiene riesgo de crecer y afectar a todo el equipo.
Debe tomarle el peso a los conflictos sólo cuando afecten la calidad del trabajo tuyo y del resto, por ejemplo, cuando un trabajador deje de rendir por el problema. También si terminar generando un campo de batalla lleno de hostilidad en en lugar. Chismes pequeños, problemas extralabores u otras cosas, pueden ser perfectamente omitidos si no afectan al trabajo.
Los jefes no son sicólogos.
4.- Fomenta la flexibilidad y el compromiso:
Los conflictos se resuelven de mejor manera cuando hay disposición por parte de las personas para llegar a un acuerdo. Del mismo modo, una de las principales causas de los problemas es la poca disposición de las personas a recibir opiniones distintas.
Cuando haya problemas en la oficina, el líder debe saber cuánto está dispuesto a ofrecer o cambiar cada participante de la discusión.
5.- Mantener el profesionalismo, no tomarlo personal:
Los conflictos de trabajo son precisamente sobre eso: trabajo. Un empleado o líder no puede tomarse las cosas personales en una discusión que tiene que ver sobre temas profesionales. Lamentablemente, las personas tienen tendencia a tomar las críticas como algo personal, por lo tanto, hay que estar atento cuando eso suceda.
Un 27% de trabajadores, según el estudio de la infografía, estuvo envuelto en conflictos que terminaron involucrando temas personales. Cuando esto sucede, disminuyen notoriamente las chances de que los problemas puedan ser resueltos pacíficamente.
6.- Escuchar, para eso están los oídos:
Diosito nos confió dos orejas que nos permiten escuchar lo que dicen otras personas, pero parece que en las discusiones la gente olvida que tenemos esa habilidad. Una de las mejores formas de mantener la calma en un conflicto y mantener la mente abierta, es escuchar, simplemente escuchar.
Es raro, pero cuando en una discusión no respondes y sólo escuchas, la otra persona parece quedar descolocada con tu actitud y termina calmándose. Le estás ofreciendo tu atención y dando a conocer que escuchas su punto de vista. Obviamente el otro/a debe hacer lo mismo contigo.
7.- Baja la temperatura
Cuando las cosas se ponen "ardientes", hay ciertas formas de bajar la temperatura de la pelea. Mantener un tono de voz bajo, respirar constante y profundamente, no hablar de uno mismo y dejar en claro que estás escuchando, son pequeños detalles que disminuirán los grados de la pelea. De repente, sin darte cuenta, estarán todos de lo más feliz.
8.- Si todo lo demás falla, es hora de llamar a un mediador:
Si no puedes detener la pelea de ninguna forma, quizás la solución sea recurrir a otra persona. Obvio, nadie es Dios para tener todas las respuestas, pero siempre hay alguien que puede ser de más ayuda.
9.- Al final, la mejor solución es prevenir.
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