Nos pasamos toda la vida haciendo amigos: en el jardín, en el colegio, en la universidad y obviamente, en el trabajo. De todas formas, siempre es difícil ser el nuevo de algún lugar y al principio cuesta enganchar con la gente. También se puede dar el caso que lleves meses en un empleo y aún no cruzas palabras con nadie, principalmente por timidez.
Claramente nuestra misión en el trabajo no es ir a hacer amigos, sino cumplir nuestra labor, pero ¿no te gustaría estar haciendo tus deberes mientras conversas con alguien o te ríes de un buen chiste? Hacer amigos en el trabajo elimina el posible estrés que te puede generar un empleo, por lo que debes saber llevarte con las personas.
¿Cómo puedo hacer amistades?
En una amistad, hay que hacer sentir importante a la otra persona, no a uno mismo. Dado que la base de la amistad se centra en dar y no recibir, no hay mejor regalo que tratar a las personas haciéndolas sentir muy importantes...y lo son. En el trabajo, siempre felicita a las personas que lo han hecho bien, aunque no les importe en lo más mínimo tu opinión. Todo esto hazlo naturalmente, no de forma forzada.
En segundo lugar, tenemos los modales, esas acciones que pocas personas recuerdan hoy en día. Debes, desde tu primer día de trabajo, ser cortés y humilde en el trabajo, este último, por sobre todo, es muy valorado en las empresas. La humildad no es sinónimo de debilidad y si alguien cree eso es un problema.
Otra cosa que debes demostrar en tu trabajo es la curiosidad. A la gente le encanta hablar de sí mismos. Ser curioso te permite hablar con las personas sin parecer aburrido. Preguntando y preocupándote por lo que que está pasando en la vida de tus compañeros, es una buena forma de empezar a crear lazos más fuertes.
Tampoco hay que olvidar que debes jugar limpio en tu trabajo. No intentes pasar por encima de nadie, ni mucho menos llegues a ser reconocido como el chupamedias de la oficina. Aprende a trabajar en conjunto con tus compañeros, a perseguir las mismas metas y a jugar como un equipo, no de forma individual.
Se amable con todos, pero aprende los límites y a decir que no cuando sea necesario. Cuando necesiten tu ayuda, hazlo. Si no puedes, di que lo sientes y que intentarás poder hacerlo para otra ocasión. Es así de fácil y la gente debe entenderlo.
Evita ser de los que critican en exceso. Las emociones y palabras tóxicas son veneno para una amistad que ni siquiera ha nacido, especialmente si tienes una queja cada 10 minutos. Las críticas son buenas, pero no con tanta frecuencia.
Por último, no olvides llegar todos los días con una sonrisa al trabajo. Por más sueño que tengas o por más problemas que te afecten, llegar con una sonrisa y buen humor creará un ambiente de alegría desde el primero minuto de trabajo. Así, tus compañeros se contagiarán y irradiarán la misma felicidad que tú, ayudándote a olvidar esos problemas que te pueden afectar. Es todo un trabajo mutuo.
No sólo trabajas para el bien de la empresa, sino para el bien de las personas en ella. No lo olvides nunca. Qué prefieres ¿Trabajar con amigos o trabajar con conocidos?
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