Ya hemos hablado de las características que tienen los malos y buenos jefes. Uno como trabajador nota de inmediato cuando estamos frente a un líder nato. En la otra vereda, también podemos notar en poco tiempo cuando el jefe no es lo que se espera. En este caso ¿se puede hacer algo? Un jefe malo ¿será malo por siempre?
Jefes con poca experiencia los hay. Al igual que hay personas con una gran mentalidad para trabajar, pero que carecen de capacidad de liderazgo. D una u otra forma, algunos empleos tienen encargados que no están listos para ejercer ese cargo.
Cualquiera de estos jefes puede ser mejor con un poco más de esfuerzo y ellos deben de tener en cuenta que no sólo su éxito está en juego, sino el de todo un equipo. Un mal jefe es la principal causa por la que los trabajadores renuncian, por esto tan importante ser un buen líder.
Si muchas personas tienen la fe puesta en su jefe ¿No es deber de ellos realizar el esfuerzo para cumplir con lo que se espera de ellos? Para los líderes que deben mejorar sus habilidades, acá van algunos valiosos:
1.- Un jefe que recién comienza no debe ser ambicioso. Un líder nuevo debe establecer objetivos razonables en sus primeras semanas. Sí, todos lo sabemos, un jefe tiene muchas metas que lograr, pero es mejor partir "piano, piano". A menudo, las cargas de un jefe son sobrehumanas, pero la exigencia desde el primer día no asegura el éxito. De hecho, lo más probable es que te encuentres con un caos que puede ser fatal.
Si un jefe está en ese lugar, es porque tiene los méritos necesarios...se supone. El jefe debe ser paciente y razonable con su tarea, sino ¿qué podemos esperar de nuestro equipo en tiempos de crisis? Él debe evaluar al grupo de trabajo y poner cargas de trabajo razonables para todos. En los primeros meses, es mejor que un jefe establezca un número coherente de objetivos, cosa que estos puedan ser perfectamente realizados y que permita elevar la confianza y seguridad para futuros trabajos. Luego de los primeros logros, se puede comenzar a mirar el futuro con más ambición.
2.- Ser humano. Una característica de los malos jefes es que dejan su lado "humano" cuando llegan a cargos importantes dentro de la empresa. No sólo ellos se vuelven menos personas, sino que miran a los trabajadores de la misma forma. Un jefe debe mejorar su lado humano para ser mejor líder.
El problema de hoy es que una gran cantidad de jefes creen que no deben existir grandes relaciones de amistad con los trabajadores, ya que afectarían a la productividad de la empresa. Es todo lo contrario, los empleados se sienten más a gusto con un jefe simpático y cercano, que de a conocer que no existe un orden jerárquico más allá del nombre.
3.- Ser un ejemplo. Un jefe que exige, pero que nadie lo ha visto trabajar no genera respeto. El líder de hoy debe liderar dando el ejemplo. Si yo trabajo y muestro esfuerzo, ellos harán lo mismo. En mi opinión, la flojera se "contagia" y tener un jefe al que nunca he visto trabajar, genera menor disposición a cumplir las tareas propias del trabajador.
4.- Tomar el liderazgo como un desafío personal y no como un trabajo más. Para mejorar, un jefe debe entender su cargo como un pasión y no como un puesto de trabajo con mejor sueldo. Los grandes líderes toman el éxito de una empresa como un desafío personal y esa es una de las formas en que los nuevos jefes pueden ser buenos desde un principio.
5.- Evaluarse constantemente. Los jefes están acostumbrados a evaluar el desempeño de sus trabajadores, pero ¿se examinan a ellos mismos? Los jefes no tienen un comité evaluador ni un juez que les diga si lo están haciendo bien o mal, por eso los malos líderes pocas veces saben que lo están haciendo mal. Para mí, una manera de mejorar el liderazgo en las empresas es que los mismos jefes permitan a los empleados juzgar su desempeño. Una vez al mes, dejar que los trabajadores entreguen una hoja con lo que piensan de la labor del líder, de la misma forma en que estos nos evalúan a nosotros ¿Parece justo? Totalmente y va en beneficio de toda la empresa.
6.- Divertirse. Cualquier cosa en la vida que realicemos sin divertirnos, es algo que no haremos con el 100% de entusiasmo. Un jefe nunca llega a serlo por obligación, por lo tanto, si ofrece ese cargo es porque le motiva ejercer liderazgo y tener un equipo a su cargo. Si es solamente por la plata, no hay mucho que hacer.
7.- Ser valiente. Por último, ser un jefe implica tomar decisiones drásticas y que no son agradables para ninguna persona normal y feliz. Exigir, retar y presionar son algunas de las obligaciones que deberemos cumplir en algún momento y eso exige valentía. Un jefe debe mejorar su valentía y atrevimiento para tener mente fría en momento en que las decisiones que debemos tomar no son las más simpáticas.
¿Qué creen que deberían mejorar los jefes hoy en día?