La vida avanza a pasos agigantados. El mercado de hace 10 años atrás no tiene ni un ápice de lo que es el actual y con esto, el modelo empresarial y los objetivos planteados en la apertura del negocio no podrán ser los mismos. Nuestra empresa irá quedando obsoleta e irá decayendo de a poco.
No obstante, no todo está perdido. Siempre se pueden tomar decisiones que busquen reimpulsar la empresa y situarla en el lugar donde debe estar. Rejuvenecer tanto la imagen como las metas y objetivos.
El rejuvenecimiento externo o de la imagen es el cómo proyectamos lo que somos al público, a los consumidores. Una buena campaña de marketing basada en factores que sorprendan con su ingenio, innovación y claridad en el mensaje. La gente corre en estos tiempos y les resulta más práctico observar una propaganda que dure 2 minutos y le muestre lo mismo que una que requiera de mismo tiempo y no diga nada nuevo.
Ahora bien, en cuanto a lo interno, son varios los factores a considerar: competencia, mercado y consumidor. Con el avance de la tecnología, la tendencia siempre está absorta en un dinamismo profundo. El consumidor está sediento de más, quiero siempre una mejora, un avance, una actualización del producto, es entonces, menester un estudio de mercado basado en estos nuevos intereses creados en los consumidores. Sin embargo, no estás solo en esto. La competencia siempre querrá ir un paso delante de ti y es ahí donde debes plantearte la interrogante de ¿Qué factores o componentes debe tener mi producto para ser mejor que el del otro? Es esta la gran apuesta de la empresa: demostrar al consumidor por qué – entre dos productos similares – el tuyo es mejor.
En el proceso de impulso a tu empresa, todo es válido. No rehúses en métodos o estrategias. Está en juego algo muy importante y es el papel que tu negocio ocupa en el mercado. Éste debe ser el más importante y el primer lugar siempre.
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