En algún punto de tu carrera te preguntarás ¿así será mi vida profesional por siempre? ¿esta será la rutina que precederán mis días hasta la jubilación?
Hay dos tipos de personas: las que no son felices con la rutina y los que sí. Estos últimos quizás nunca llegarán a cuestionarse si necesitan hacer un cambio en sus vidas y eso está bien...para ellos. Para los que sí desean un giro, la opción más agradable es viajar y trabajar por un tiempo en el extranjero.
Depende exclusivamente de ti si lograrás triunfar en tierras desconocidas, porque además del esfuerzo diario de hacer tu trabajo (o estudiar), necesitas adaptarte a la cultura a la que decidiste sumergirte.
A continuación te daré algunos consejos que te ayudarán a saber si estás lo suficientemente preparado para derribar barreras y conseguir tu propio éxito en un país que no es el tuyo.
1.- Comunicación. Cuando vives en tu país estás acostumbrado a que todo funcione bien: internet, celular, el correo. O al menos, si algo no está bien sabes cómo arreglarlo. Ahora cuando estas cosas no marchan sobre ruedas y estás en un país donde no hablan tu idioma, debes armarte de paciencia y valor para resolver cada uno de estos inconvenientes. Recuerda que por alguna razón decidiste estar en ese lugar y no debes renunciar tan rápido.
2.- Comida extraña. Conocer nuevas culturas significa también probar nuevas comidas. Si no estás acostumbrado a vivir sin tu típica comida procesada o ciertas marcas, quizás te verás mucho tiempo a dieta en tu nuevo país de residencia. Lo mejor que puedes hacer es comer de acuerdo al país donde estás viviendo. Así desarrollarás un nuevo gusto por distintos condimentos y costumbres, y a la larga esto será más barato que seguir preparando tu comida de siempre.
3.- Lenguaje corporal. Si piensas que donde quieras que vayas encontrarás a un hispano parlante que te salvará para comunicarte correctamente ¡estás muy equivocado! El idioma es cultura y no lograrás llegar más allá del nivel de turista del país si no haces tus mayores esfuerzos por aprender la lengua. Así le podrás decir al doctor dónde te duele, a tu jefe por qué piensas que tu idea es buena, o a tu roommate que baje el volumen de la televisión.
4.- Confía en ti mismo. Nadie va a estar más interesado en tus proyectos e ideas que tú mismo. Por eso cuando necesites preguntar alguna dirección o confiar en que otro te ayudará en momentos de dificultad, a veces, la única persona en la que puedes confiar eres tú mismo. Toma un mapa y logra llegar a tu destino siguiendo tu propio instinto en todo orden de cosas.
5.- Crecimiento personal. Cuando eres joven y aún no comenzaste a formar una familia, puedes aclimatarte más fácilmente a los desafíos de vivir afuera, éstos te harán crecer más que si te hubieras quedado cerca de tu casa. Cuando estás por tu cuenta en un país extranjero, te ves obligado a forjar una vida y llegar a ser plenamente responsable de ti mismo.
(foto viaFlickr )