La relación profesor-alumno a veces puede ser la madre de todos los karmas. Estudiantes de arquitectura, derecho o diseño han sentido en carne propia el yugo de un profesor que teniéndolos entre ceja y ceja, hace de sus entregas, disertaciones y evaluaciones orales lo más semejante a una tortura de la cual es difícil salir con dignidad. Lidiar con un docente de este calibre puede ser la línea entre aprobar un ramo o repetirlo al otro semestre.
1) La vía legal.
Si un profesor comienza a transformarse en la pesadilla de la que esperamos despertar pronto. Lo más racional sería ir a hablar con el Jefe de Carrera, Decano, o aquél que esté sobre él en el Organigrama.
Presentar las complicaciones, que han surgido en el desarrollo normal de su clases, es bastante sensato, siempre seguro de que al plantear esto se asegure tu anonimato. Basta un solo “el joven Ramírez tiene una queja sobre usted Profesor”, para desatar los 9 círculos del infierno.
2) Ser la parte inteligente.
En la cinta The Godfather Part III, Michael Corleone recomendaba a Vincent no odiar a sus enemigos, pues nublaba sus pensamientos.
Odiar al profesor no te hace más estratégico al actuar, de no lograr un arreglo con tu jefe de carrera, deberás lidiar con este profesor durante todo el semestre. Una manera de darlo vuelta es simplemente ser un alumno destacado. Demostrarle que a pesar de todos sus intentos por descargar su ira sobre un inocente alumno, no tienen resultado, más que probarle algo a él, estás probándote a ti mismo que puedes lidiar ante situaciones adversas, tales como un jefe problemático.
3) Ser la parte silenciosa.
Tal como una madre que recomendaba no tomar en cuenta a los bravucones y darles en el gusto. A veces la mejor manera es simplemente intentar no apagar un incendio con bencina.
Apelando a que lo cortés no quita lo valiente, nos podemos ahorrar bastante malos ratos. No hay peor que darle un motivo de peso al profesor para iniciar un Seek and Destroy con nosotros.
Nunca llegar tarde, siempre presentar los trabajos a tiempo, y nunca recurrir a excusas u otros. Ser un ninja dentro y fuera de clases.
4) Confrontarlo… pero de forma inteligente.
Una mujer u hombre razonable, dispuesto a dialogar de forma civilizada, siempre es un buen plan de ataque.Establecer tu punto de vista frente al profesor, expresando tu incomodidad por la forma en que él plantea su método de docencia y de cómo esta produce en ti una fallida manera de recoger y aprehender los conocimientos que él se empeña en ofrecer. ¿Suena bastante razonable? ¿eh?
Lo más probable es que el profesor, conmovido por tu explicación respetuosa y sincera, se compadezca y cambie su opinión ante ti. Lo peor que podría pasar es que el profesor te comience a tratar de manera “especial” por ser un alumno “sensible”. Nuevo llamado para acudir a las autoridades responsables de la institución.
5) No ser el adulador.
Si las mujeres tienen un don de reconocer un jote a millas de distancia, los profesores, sobre todos los que tienen el gen de tener mala a los alumnos, poseen la habilidad de poder reconocer a aquellos alumnos que a duras e indignas formas intentan ganarse el pulgar arriba.
Llegar a comentarios como: “Que inteligente que es usted profesor, pucha que es seco”, “¿Profe ha publicado algún libro? Me encantaría leerlo”. O peor aun: “Cuando grande quiero ser como usted”.
La razón por la que las mujeres basurean a los hombres arrastrados es porque le dan la oportunidad para ello. Ser inteligente y salvar el ramo con dignidad es cosa de principios.
Lo mejor es hacerle la pata de forma inteligente, conversar con él de cosas interesantes sin caer en lo cargante. No es de extrañar que el “Chico Popular” de las secundarias norteamericanas pueda conquistar a profesores y
6) Pillarlo en Su Propia Trampa
Si algo enseñó el Tío Emilio es que nada grita más verdad que un archivo audiovisual donde el sujeto en cuestión, con toda la naturalidad del mundo, se enseña en su verdadero ser.
Tener prueba fehaciente del comportamiento del profesor puede ser suficiente prueba para demostrar tu verdad ante las autoridades universitarias.
¿Y tú cómo lidias con un profesor que te tiene mala?