Ya te contábamos en un artículo anterior que la razón principal por la que los trabajadores renuncian es un mal jefe, por lo que debemos conocer claramente cuales son las características que definen a un líder negativo. Saber cuando un jefe no es realmente un encargado de fiar es fundamental para que no pierdas meses o años de tu vida en un trabajo que no tiene mucho futuro.
Acá te compartimos algunas características que definen a un mal empleador y también te invitamos a compartir tus experiencias:
1.- Entrometido
No hay nada más molesto que un jefe que cree hacer el trabajo mejor que tú, cuando generalmente no es así. A lo largo de mi carrera me he topado con decenas de compañeros de trabajo que han abandonado sus empleos por la misma razón, ya que no cuentan con la tranquilidad de hacer su trabajo como ellos lo estimen conveniente. A fin de cuentas, un jefe entrometido es un líder que confía poco en sus trabajadores.
Obviamente que un jefe llegará de vez en cuando a ofrecer ideas o a marcar correcciones, no somos perfectos, sin embargo, hay supuestos líderes que llegan cada una hora a interrumpir el trabajo y, finalmente, no hacen más que hacer sentir al trabajador que está haciendo las cosas mal.
2.- Tomar el crédito de todo el trabajo
Aunque parezca poco creíble, existen empleadores que creen que el éxito de la empresa sólo se debe a su gestión. Si los trabajadores andan bien, es gracias a él. Si las ventas son buenas, también es gracias a él. Esta es una característica que ningún jefe debería tener, pero que lamentablemente sigue existiendo en muchos trabajos.
3.- Ignorar las ideas
Los malos jefes sólo buscan que sus trabajadores hagan las cosas por las que le pagan y nada más ¿Tienes una buena idea? "No te pago para eso". Hoy en día, la retroalimentación entre líderes y empleados en un elemento fundamental en el éxito de las empresas y un buen jefe es aquel que da la confianza a sus trabajadores para que puedan expresarse con total libertad en el trabajo, se atrevan a contar lo que no les gusta y, principalmente, se arriesguen a innovar.
4.- No reconocer el buen trabajo
Muchos jefes son expertos en destacar alguna falencia tuya, por más negativa que sea. Por el contrario, pocos líderes se dan el tiempo de destacar una labor bien realizada. Claro, es nuestro deber hacer las cosas bien, pero eso no evita que un buen jefe felicite e incluso premie a los trabajadores por su destacada labro, al fin y al cabo, son ellos los que mantienen en movimiento la maquinaria.
5.- Ignorar las quejas y problemas de los empleados
Cuando un trabajador tiene un problema, quien mas puede ayudar es el jefe. Muchos empleados al quejarse con su líder reciben por respuesta "lo tendré en mente", lo que es una clara señal de que le da muy poca prioridad a sus trabajadores.
6.- Son afortunados por estar acá
"¿Qué quieres un día libre? ¿Un bono? ¿Por qué te quejas? Deberías estar feliz de estar en un trabajo como este" es lo que un jefe no debe decir. Muchos empleos son más relajados y dan mayores facilidades a sus trabajadores, pero eso no es motivo para restregarles en la cara lo afortunados que son de estar allí. No les estás haciendo un favor a tus empleados, te estás haciendo un favor a ti como líder, porque todas esas facilidades son las que hacen que tus empleados sean productivos.
Un buen líder nunca debe tomar como un favor las regalías, más bien como un premio que sus empleados merecen por su gran rendimiento.
7.- Cambios de planes continuos
Un jefe que nunca sabe lo que quiere para la empresa genera que todos los trabajadores entren en desconfianza ¿Esta empresa durará mucho tiempo? ¿Deberé prepararme para la cesantía? Un líder que cambia de planes constantemente y siempre obliga a dejar de hacer el trabajo actual y comenzar otro no es más que un jefe dubitativo y poco confiable.