Cuando ya creíamos que teníamos dominado al jefe grinch de nuestra oficina o cuando estábamos totalmente felices con el gran líder que nos tocó ¡Chan! De un día a otro aparece un personaje raro en nuestro empleo con la siguiente frase: "Soy su nuevo jefe".
La renovación de personal en las empresas no es nada del otro mundo y lo mejor es adaptarnos a estas situaciones pensando con mucha tranquilidad.
1.- Lo primero es reconocer la personalidad del nuevo jefe. Es ideal reconocer inmediatamente cuál es la personalidad de nuestro nuevo líder para saber cómo llevarnos con él ¿Motivado? ¿Conversador o callado? ¿Gruñón? Debemos reconocer sus características antes de hacer cualquier otra cosa
María de Atucha, jefa de Mandomedio Selección, dijo a AmericaEconomia.com que "de acuerdo a investigaciones de la metodología Hogan, la personalidad del jefe predice su liderazgo, este anuncia el desempeño del equipo de trabajo y la compañía, y por ende, la personalidad del nuevo líder importa mucho en el desarrollo de la organización".
Por lo anterior, reconocer su personalidad es lo primero que debemos hacer para afrontar este nuevo desafío de la mejor forma.
2.- Después de eso es recomendable prepararse en grupo y no individualmente. La llegada de un nuevo jefe puede parecer el momento ideal para comenzar desde 0 nuestra relación con la empresa si es que no figuramos mucho. Ser de los primeros en hablar con el jefe puede ser un arma de doble filo y finalmente jugarte en contra. Lo mejor es planificar un recibimiento grupal al nuevo jefe y mejorar las relaciones de todo el equipo con el que será su nuevo líder.
Un buen equipo de trabajo debe fomentar un clima laboral donde ningún trabajador se sienta menospreciado por el jefe y menos que alguien busque ser el preferido de él. Obviamente existirá quién prefiera actuar por su cuenta, pero siempre hay que pensar en el bienestar de la empresa y el equipo de trabajo.
3.- Finalmente, todo empleador debe plantarse ante su nuevo jefe como un compañero, más que como un subordinado. Si un trabajador deja todo en manos del nuevo líder y no es un aporte para le empresa, éste no será muy bien valorado en las empresas actuales. Hoy en día, la relación de los jefes con los empleados cada vez es menos jerárquica y más retroalimentada, siendo el primero un guía más que un dominador de las acciones de la empresa.
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