La universidad no es sólo leer, estudiar e ir a escuchar clases, es también el epicentro de los trabajos en grupo y las famosas (odiadas y amadas) exposiciones. No falta el profe que te “calza” con unas cuantas en el semestre y, a pesar de que no es algo tan terrible, igual es complejo porque no todos tenemos la misma personalidad para enfrentarnos a la gente.
Además, ya no estamos en el colegio, estamos frente a un “público” bastante particular, desde el profe que suele ser un capo en el tema que te toca exponer, a tus compañeros, que tienen las más diversas realidades y características (desde los más pesados a los más buena onda, siempre puede haber alguno que te joda con una pregunta difícil al final de la presentación).
Pero si te aterra enfrentarte a muchas personas, los nervios te comen, o simplemente no te gusta hablar en público ¡no todo está perdido!, existen varias técnicas que te pueden ayudar a no morir en el intento de exponer.
- Técnicas de respiración y control mental: Esto es primordial para mantener la calma. Respirar profundo y lento para calmar los nervios (así bajamos las pulsaciones cardíacas, nos relajamos un poquito).
- No mirar al público a los ojos, mirar el pelo o al horizonte: De repente es el contacto visual con otros el que nos pone más nerviosos, típico que uno siente que lo miran feo o se ríen y te desconcentran. Hagamos que los miramos pero no los estamos mirando.
- Creerse el cuento, “ser un personaje”: Podemos imaginar que estamos contando una historia y nosotros somos los únicos que la sabemos, somos los protagonistas y manejamos la trama. Después vemos qué cosa nos pregunta el profe o los compañeros.
- Buen manejo de información y practicar antes: Lo más importante es manejar bien la información, ya que es nuestra principal arma al minuto de exponer. De esa manera los nervios no son necesarios porque ya manejamos lo teórico. Si a eso le sumamos practicar un poco las cosas que vamos a decir, de seguro la exposición será un éxito.
- La técnica del chocolate: Consumir chocolate libera endorfinas, lo que nos pone más felices y contentos. Así que si estás muy nervioso, 10 minutos antes de exponer comete un chocolate y disfruta ese minuto.
- Mirar a algún compañero que te de confianza o imaginarte que hay alguien que quieres entre el público: Eso te genera buena onda, te da confianza y seguridad.
- Tomar talleres de teatro: Si ninguna de estas técnicas te da resultado y los nervios a enfrentarte al público continúan, una muy buena idea es tomar algún taller de teatro o expresión corporal, así nos sacamos los miedos, nervios e inhibiciones a través del arte, y después podemos ocupar ese aprendizaje al minuto de defender algún tema en la universidad.
Otra técnica utilizada es tener algo en las manos mientras expones. Javiera Martínez, estudiante de publicidad de la UNIACC, cuenta que tiene un amigo que se mueve tanto cuando habla que parece que estuviera bailando, es por eso que para las exposiciones implementaron la técnica del lápiz BIC “lo tapa y destapa de manera sutil mientras presenta. Funciona bastante bien”.
Por mi parte, me quedo con la técnica de estar bien preparado para la presentación y pensar que estas contando una historia. La cuentas a tu modo, con tus matices y tus tiempos, y si se te quedó algo en el tintero, no te preocupes que el profe o algún compañero te lo van a preguntar. Total, al final de día, todos somos iguales, y no tenemos que ponerle tanto color a la presencia de nadie.
(Y si nada de nada de lo anterior te funciona, imagina que tu público está en pelotas, al menos te vas a reír bastante).