Recientemente se conoció un estudio que señaló a Chile, junto a México y Corea del Sur, como uno de los países de la OCDE donde más horas se trabaja. Considerando esta situación, podemos concluir que además de la mejora de los sueldos y condiciones laborales, también hay que ponerle atención a las características físicas del lugar donde trabajamos.
Debido a la gran cantidad de tiempo que pasamos en nuestras áreas de trabajo, lograr que sea agradable es algo que primero debería asegurar el empleador. Sin embargo, son varias las cosas que podemos hacer por nuestra propia cuenta, y que podrían marcar la diferencia, ayudándote a transformar tu lugar de trabajo en un espacio ideal.
Por ejemplo, uno de los aspectos más importantes es acomodar los muebles para que nos brinden la mayor comodidad posible, según nuestras funciones. Pasar muchas horas en un escritorio o mobiliario que presente deficiencias, podría repercutir no solamente en nuestra productividad, sino también en la salud. Además, es fundamental tener el espacio suficiente para movernos con libertad y sin que debamos adoptar posturas incómodas.
Igualmente es fundamental contar con una buena iluminación, y tratar de aprovechar al máximo la luz natural. Cuidar este aspecto puede traer grandes beneficios, como ayudar a reducir el cansancio, estrés, los dolores de cabeza y la fatiga ocular. Por esto también hay que evitar los objetos que parpadeen constantemente, o las luces que nos puedan encandilar.
Por otro lado, un asunto que podría parecer un detalle son los colores de la oficina, ya que se ha comprobado que pueden influir en nuestro estado de ánimo. Por lo tanto, elegir los colores con cuidado, puede marcar la diferencia a la hora de ambientar un área de trabajo.
En términos concretos, para oficinas se aconseja pensar en la sensación que se quiera resaltar. El rojo, por ejemplo, podría estimular la actividad, pero también resultaría ser estresante. En cambio los azules pálidos son tranquilizantes, mientras que los amarillos y verdes aportan alegría.
En cuanto a la acústica, pese a que existen investigaciones que sugieren que escuchar música mejora la productividad, es recomendable conservar el ambiente protegido de volúmenes muy altos. Según la Organización Mundial de la Salud, lo ideal es mantenerlos entre los 40 y 50 decibeles.
La ventilación adecuada tampoco es un tema menor, ya que permitirá la oxigenación correcta y así nos podremos mantener alerta. Y aunque suene obvio, la higiene no debe descuidarse, lo cual no solamente implica un adecuado aseo, sino también conservar el orden en nuestro propio escritorio.
Por último, un lugar de trabajo ideal también implica la convivencia con otros colegas. En el último tiempo hemos visto la preferencia por lugares abiertos, y la distribución de los espacios en función de una mejor comunicación. La colaboración con el resto y relaciones armoniosas pueden hacer la diferencia, por lo que recuerda no cerrarte a los demás.
¿Cómo sería tu lugar ideal de trabajo?