Todos hemos soñado con la independencia laboral. Poder ser nuestros propios jefes, “autoimponernos” metas, objetivos y logros. Es cierto que convertirse en empresario, dejando atrás como una sombra el ser empleado, no es una tarea fácil, pero tampoco imposible.
¿Por qué no? La perseverancia es la clave del éxito. Aquellos que están destinados a triunfar, lo harán. De alguna u otra manera siempre lo lograrán ¿Por qué no tú?
- Pon la mirada de tus jefes sobre ti. Capta su atención, no de manera negativa, sino por tus méritos y capacidades. Esfuérzate por ser distinto al resto, por hacer siempre todo poniendo el 101% de ti. Trata siempre de buscar mejoras, de sugerir cambios y por sobretodo, de ser proactivo. No esperes a que tu jefe te pida que hagas “esto” o “aquello”. Sólo hazlo. Esto podría abrirte las puertas para un ascenso y veremos más adelante los beneficios de esto.
- Rompe las reglas. Quizás en tu puesto actual no tengas grandes responsabilidades y te dediques siempre a hacer aquello que te ha sido encomendado, sin ir más allá. Romper las reglas tiene una connotación negativa, pero esta vez lo usaremos de una manera distinta. Observa todos los procesos a tu alrededor, esos que por más pequeños son vitales para la empresa y para tu superior. Al primer error detectado, da aviso de ello y eso te hará ganar la confianza de tu jefe y la consideración para puestos más relevantes.
- Sugiere. Cuando creas que en la empresa donde trabajas algo no anda bien, trata de acercarte al jefe y sugerirle cambios estratégicos para aumentar la efectividad de las cosas. Saca ese genio que llevas dentro y déjale conocerlo.
- ¡No te detengas! Si te sientes frustrado por llevar varios años con el mismo sueldo y en la misma oficina es hora de hacer algo diferente para tener resultados distintos. La demanda de talentos en las empresas siempre superior a la oferta. Perfecciónate, estudia, cultiva tus conocimientos y especialízate. Los dueños de grandes empresas siempre buscan con afán nuevos talentos que puedan aportar significativamente al negocio. Nunca te digas “No puedo” o “No tengo tiempo”, el subconsciente se toma muy en serio esto y si te convences a ti mismo, no habrá quien te haga cambiar de opinión.
- Gasta menos. Que tu sueldo jamás sea inferior a tus gastos. Trata de ahorrar, aunque sean cifras de 3 o 4 ceros. No importa. Reúne un capital e invierte en la primera oportunidad que tengas en frente. No podemos decir que no existen oportunidades. Todos hemos estado alguna vez frente a una buena oportunidad y por qué no decirlo, puede que nos topemos con grandes oportunidades.
Con estos 5 consejos lograrás avanzar en el camino de dejar la silla dura por el sillón grande y la secretaria personal.
Y tú ¿Te atreves a dejar de ser empleado y convertirte en empresario?
Foto vía Management Journal