En los últimos años, el consumo de marihuana ha vuelto a dejar de ser un tema tabú, en la sociedad chilena. Bien sabemos, el rechazo total que tienen algunas personas frente al cannabis. Con el debate sobre la ley 20.000 de drogas, se cuestionaron los pilares de una ley que tiene más contradicciones que aciertos.
Y es que los mitos que existen sobre el consumo, son variados. Desde que es la primera droga de entrada hacia las drogas más duras, hasta pensar que el humo inhalado es más dañino para los pulmones que el cigarro. Ahora bien, la adicción de la cual se puede hablar, no es real en tanto no se desarrolla el síndrome de abstinencia al dejar de consumirla.
Hay quienes no logran desenvolverse naturalmente cuando consumen marihuana. Otros, en tanto son capaces de hacer las actividades cotidianas volaos. No hay parámetros para definir la adicción de la marihuana. Quizás lo que se debe analizar, es qué cosas dejar de hacer cuando te vuelas y cuánto tiempo pierdes por andar fumando.
La prohibición, no ha logrado el objetivo que muchos desearían: disminución en el consumo y eliminación del narcotráfico. De hecho, cada año miles de jóvenes salen a las calles por la despenalización de la marihuana en el mes de mayo. Este año el parlamento Uruguayo, aprobó su legalización, en base a la contradicción de permitir el consumo, pero sancionar el acceso a ella.
Hoy en día se habla de adicción sólo en tema de drogas. Pero ¿qué pasa con quienes no pueden estar sin el Play, el Facebook o la televisión? Quizás no están dentro de lo que se podría denominar "droga" para el Estado, pero se vuelven bastante dañinas tanto en el desenvolvimiento social, como en la obsesión por algún aparato tecnológico. Al menos el fumarse un pito, invita a la conversación con tus amigos, aunque sea por un tiempo corto.
Pero hay que estar claros que en Chile pasarán varios años para que la ley deje de criminalizar a los consumidores de cannabis. Ésto, a causa de la moralidad que aún persiste en la ley, como también el hecho de ser una sociedad que posee rasgos conservadores y moralistas, frente a variados temas que se han venido cuestionando, tales como el aborto, la sexualidad juvenil y el derecho a consumir libremente marihuana.
Fumarse un pito las veces que uno desee, no te convierte en un adicto tal como lo señala el significado de adicción: Hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos. Lo cierto es que su consumo no genera ningún perjuicio para la salud ni menos un descontrol en la vida.
Y tú ¿consideras la marihuana una adicción?