¿Mucho “tiqui tiqui tiii” y te olvidaste de que viene el verano? No importa, porque lo comido y lo bailado no te lo quita nadie y no es para nada difícil desprenderse de los rollitos desagradables o esa guatita sorpresa, siempre y cuando haya compromiso y responsabilidad.
Para mantenerse siempre saludable, es primordial una acostumbrarse a una alimentación completa y balanceada; es decir, no saltarse ninguna comida y comer de todo, pero en cantidades correctas.
El problema es que, durante la semana, la mayoría de quienes trabajamos no cumplimos con esto y comemos por ahí, a la rápida y cualquier cosa, consumiendo una carga calórica menor o muy superior a la que el cuerpo necesita y con hábitos que dejan bastante que desear.
Según la dra. María Angélica Barrientos, especialista de la Mutual de Seguridad "Es común observar una rutina en la que los trabajadores por falta de tiempo tienden a saltarse el desayuno comiendo al mediodía golosinas, snacks o bebidas muy calóricas, para después almorzar comida rápida o alta en grasas, si es que se dan el tiempo para esta comida, ya que es frecuente ver trabajadores que no respetan este tiempo y simplemente comen algo rápido como sándwiches o ensaladas en sus propios escritorios o frente al computador".
De acuerdo a un estudio realizado por la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), la mala alimentación en el trabajo puede causar pérdidas de hasta un 20% en la productividad, tanto por problemas relacionados a la falta de alimentación como por el exceso de ella, por lo que, pese al poco tiempo, es importante aprender a compatibilizar la vida laboral con una correcta alimentación.
Y si luego del 18 sigues trabajando igual que siempre y hay muy poco tiempo de ir al gimnasio o ponerse en plan de dieta, aquí van algunos tips que puedes seguir:
1. No saltarse las comidas: Es bien sabido que comer varias veces al día, de forma moderada y alimentos sanos, hace muy bien. Es ideal que realices dos comidas completas, y a éstas sumes dos meriendas o colaciones, en lapsos de cuatro horas.
2. El peligro de los picoteos: Consumir distintos alimentos en cantidades más o menos pequeñas durante el día puede resultar muy dañino y puede llevarte a aumentar de peso fácilmente. Para evitar el hambre entre las comidas, es ideal incluir el consumo de pequeños snacks sanos, como frutas, yogurts o frutos secos, entre otros.
3. Tómate tu horario de almuerzo: Si pasas todo el día sentado frente al computador, como la mayoría, es importante que no almuerces ahí mismo, frente a tu escritorio. Debes aprovechar tu hora de colación, por muy corta que sea, para tener una comida de calidad y para despejarse de las actividades del resto del día.
4. Alimentación equilibrada: Si tienes poco tiempo para salir a almorzar o el dinero no te alcanza para comprar un buen almuerzo, puedes llevarte desde tu casa lo que prepares la noche anterior o durante la mañana. Así, evitarás comprar comida chatarra o alimentos hechos en base a pan. Es recomendado favorecer los alimentos ricos en proteínas y fibra, pues harán que te sientas más satisfecho y controles tus niveles de apetito.
5. Mantenerse hidratado: Cualquiera sea la naturaleza de tu trabajo, una de las claves más importantes es hidratarse. Tener una botella con agua siempre cerca es ideal, pues ya se vuelve costumbre y tomarás, sin darte ni cuenta.
6.- No exagerar con el café: Aunque abunde el sueño y no puedas vivir sin el café, es importante moderar su consumo, ya que éste aumenta el nerviosismo y la desconcentración, además de favorecer el estrés. Al mismo tiempo, el consumo de cerveza debiera excluirse durante la jornada laboral, pues reduce la capacidad de reacción y favorece la somnolencia.
Un trabajador con una alimentación balanceada puede rendir en un 100%, mientras que esta productividad disminuye en un 30% si la dieta no es equilibrada.
Así es que ya sabes, toma en cuenta estos consejos, baja esos kilitos que dejaron las fiestas y, de paso, ponte al día en el trabajo.