Los robos en la universidad son mucho más frecuentes de lo que la gente común y corriente cree. Si bien estas s han invertido en seguridad (unas mucho más que otras), lo cierto es que los estudiantes en ocasiones se han visto afectados por robos al interior de sus casas de estudios.
La vida universitaria, en muchas ocasiones, se ve inserta en amplios lugares públicos, y con grandes espacios para transitar dentro del recinto académico. Esta realidad se ve con mayor frecuencia en las universidades tradicionales o mal llamadas estatales. Esto, porque son instituciones que cuentan con una infraestructura que fue entregada por el viejo Estado, el que realizaba fuertes inversiones en el sector público.
Tenemos los casos de la Universidad de Santiago (ex Universidad Técnica del Estado), con un gran campus ubicado frente a la Estación Central; la Universidad de Chile con sus extensos campus en Juán Gómez Millas en Ñuñoa y la Escuela de Ingeniería en sector de Blanco Encalada; y la Universidad Católica con el Campus San Joaquín. Estos son típicos casos de grandes espacios con casi absoluta libertad de tránsito y de circulación de personas.
Esta puede ser parte de la explicación de la existencia de robos al interior de los campus universitarios. Es lo que opina Roberto Marambio, estudiante de Ingeniería Civil Industrial de la Usach, que fue objeto de robo de su mochila, donde tenía, además de todos sus documentos y dinero, su computador personal. “Fue sólo un minuto, o menos, de descuido. Estaba con unos compañeros trabajando, fui a buscar una fotocopia a pasos de donde estábamos todos, y dejé mi mochila donde habíamos varios compañeros. Era cambio de hora y había gente en los pasillos. Cuando volví, la mochila simplemente no estaba”.
Aparte del mal rato y de lo que significa perder las pertenencias personales, otro motivo que agrava la situación es la nula respuesta de las autoridades universitarias al respecto. Ellas no tienen obligaciones en este sentido puesto que para las universidades públicas, las normas señalan que las universidades tienen libre acceso y tránsito de personas.
Pese a esto, en fechas con mayor aglomeración de estudiantes, con motivos de fiestas u otro tipo de actividades, las universidades piden credencial universitaria, y en algunos casos se acepta personas foráneas a la universidad, siempre y cuando se encuentren acompañados de un estudiante de la universidad en cuestión.
Por el contrario, en el caso de las universidades privadas, los robos no son algo de todos los días, ya que muchas veces existe como norma la entrada con credencial que lo identifique como alumnos. Por otro lado, el espacio donde convive la comunidad universitaria, suele ser mucho más reducido, por lo que identificar a alguien externo no es tarea difícil. Por esta misma razón, marzo es cuando más robos ocurren, porque hay muchos estudiantes nuevos y es muy fácil pasar desapercibido, además de que en esa fecha aún no se ha entregado la tarjeta de identificación.
A pesar de que, se podría argumentar que la institución no está brindando un buen servicio a los estudiantes cuando son víctimas de robos, lo cierto es que no existe reglamento único que indique directamente a las universidades hacerse cargo de estas situaciones. De esta manera, dependerá netamente de la institución donde estudies y de lo que dicte el estatuto para saber si es que existen responsabilidades.
Sería de gran ayuda para todos buscar formas que ayuden a no tener que pasar por este mal rato. Algunos Centros de Estudiantes, por ejemplo, cuentan con casilleros para cada alumno. De esta manera, se puede tener en un lugar más seguro todas nuestras pertenencias. Como nunca se está libre de estas situaciones, es muy importante estar atento a nuestras pertenencias, no perdiendo de vista su ubicación.
Y a ti, ¿te han robado en la universidad?, ¿cuál sería tu solución?