Cuando se habla de emprendedores, por lo general, nos imaginamos a personas jóvenes o que recién comienzan la adultez. Sin embargo, hoy el número de adultos mayores ha aumentado, llegando a 2.638.000, cerca del 15% de la población total. En este contexto, son muchos los que siguen activos después de la jubilación. De hecho, esta etapa puede convertirse en una buena oportunidad para empezar un negocio y realizar algún proyecto que se dejó pendiente.
Pablo Coloma, gerente general de Emprende, una entidad de la red de la Fundación Microfinanzas BBVA, que se especializa en dar créditos a micoempresarios, cuenta su experiencia con la tercera edad. Señala que ya sea porque jubilaron o debido a la edad no encontraron trabajo, son muchos los que deciden emprender un negocio en esta etapa de la vida. Hoy calcula que el 8,5% de sus clientes son adultos mayores.
“Nos encontramos con muchas personas que con energía, buenas ideas y aprovechando oportunidades de mercado, desarrollan una actividad que les permite ganarse la vida y proteger a su grupo familiar de la pobreza”, dice Coloma, quien recomienda que estos emprendedores comiencen de forma pausada. “Primero con una pequeña actividad que puedan controlar y comercializar adecuadamente y que vayan creciendo de a poco”, agrega.
Por lo general, a las instituciones de micro finanzas productivas, parten otorgándoles créditos pequeños, desde los $100 mil. Una vez que el negocio va progresando, el financiamiento aumenta.
¿Y cuáles serían las claves para lograr el éxito? Primero, a la hora de abordar una idea de negocio, es útil recurrir a los conocimientos adquiridos durante la vida laboral y analizar su pertinencia en la idea que se quiera desarrollar. También se debe definir el mercado objetivo al cual de quiere llegar, evaluando el entorno donde se quiere llevar a cabo el emprendimiento. Para ello es necesario tener en cuenta de qué forma se aplica en el proyecto, la experiencia adquirida anteriormente y cuáles son las oportunidades que se presentan en la actualidad.
Es fundamental la constancia y perseverancia, sin rendirse ante los fracasos del comienzo. También se debe mantener la motivación, actitud positiva y la convicción. Pero también es bueno buscar una red de apoyo, por lo cual el compromiso y apoyo familiar se puede volver determinante.
Por otro lado, es importante planificar y organizar el negocio, manteniendo las cuentas personales separadas de este. Además se deben cumplir con los compromisos formales que se van presentando, ya sean legales o relacionados con los impuestos, las patentes, permisos de funcionamiento, etcétera.
Otra clave es orientarse siempre al cliente y estar abierto a los cambios, por ejemplo, a cambiar el producto o la forma de venderlo, dependiendo de las oportunidades que lleguen.
Por último, es recomendable prestarle atención a la competencia, pudiendo mejorar así lo que los otros ofrecen y adecuar los precios, entre otras cosas. Es decir, realizar todo aquello que beneficie al cliente y, por lo tanto, a la sustentabilidad del negocio. Finalmente, una de las mejores claves es nunca dejar de soñar. Por algo dicen que nunca es tarde.