Cada carrera es nuestra “empresa personal” y somos responsables de ella. En algún momento nos veremos en la disyuntiva de poder plantear esta “empresa” en otro lugar, que nos ofrezca mayores beneficios y que se ajuste más a nuestras necesidades.
El cambio de Casa de Estudio es un paso complicado que requiere de análisis concienzudo, quemar unas cuentas neuronas para tomar la mejor decisión.
En este arriesgado paso te toparás con dos palabras claves: Convalidación y homologación. La primera, se refiere a la aceptación de equivalencia entre los contenidos temáticos de una o más asignaturas cursadas y aprobadas. La segunda, se expresa en un plano más general y dice relación con la aceptación de equivalencia entre asignaturas de distintas carreras de una institución de educación.
En Chile, no existen normas o cánones que regulen esta actividad, por lo que cada institución y/o carrera es libre de imponer las condiciones que crea necesarias para dictar la convalidación de los ramos cursados y aprobados. El proceso puede durar meses, por lo que se recomienda hacer los trámites con la antelación necesaria y ser ordenado en cuanto a todos los documentos que solicita la nueva institución. Vale mencionar, que muchas casas de estudio cobra un cierto monto de dinero por cada ramo a convalidar y que generalmente, no se convalidan más allá del 50% de los ramos, por un tema de conveniencia para la empresa educativa. Triste, pero cierto.
Para que el proceso de convalidación se complete con total éxito, deberás ser paciente, hacer las cosas con tiempo y pelear por cada asignatura.
Y tú ¿Te has cambiado de U? ¿Has convalidado?