Para nadie es un misterio que el horario de un universitario cambia constantemente. Si bien, las clases están preestablecidas, hay veces que se puede salir más temprano o tarde. A eso, hay que sumarle los trabajos, las ventanas y las largas conversaciones con los compañeros. Por eso, es normal que la alimentación saludable se vaya a las pailas mientras se cursa una carrera. Sin embargo, eso no significa estar destinado a subir y subir de peso. Porque, aunque los tiempos no te acompañen, sí puedes mantener un estilo de vida sano sin matarte de hambre.
Primero, para no engordar siempre es recomendable evitar la comida rápida. Es claro que veinte minutos o media hora de almuerzo es muy poco tiempo y las tentaciones como un completo o unas papas fritas son lo más práctico y rápido para ese momento. Sin embargo, esto no es recomendable. Que tu dieta de todos los días se convierta en un pan gigante terminará no sólo por sumarte unos kilos, sino que no ayudará en nada a tu cerebro para mantenerlo despierto y menos para cuidar tu salud.
Otro punto importante es llevar comida hecha en tu casa. La diferencia es notoria. Si bien puede ser el mismo tipo de alimento que te están ofreciendo en la universidad, aquella que proviene de tu hogar tiene algo más, puede ser cariño u otra cosa, pero sabe distinto. Además, la posibilidad de elegir qué comer es sin duda una gran ventaja. Si notas que estás un poco pasado en los kilos, opta por verdura y carnes blancas.
Siempre debes acompañar tus largas horas de clase con fruta y agua. Otras opciones son también pequeños snacks, barras de granola, o yogurt sin azúcar. Lo interesante de ellas es que no tienen un horario predeterminado. Te sirven como desayuno, entre comidas, o también como postres. Son multifuncionales. Ideales para estudiantes que siempre andan moviéndose y que se aburren de estar siempre con el pote de comida en la mochila.
Algo que también debes considerar, es el estrés. Según un estudio del instituto Garvan de Australia es posible subir de peso cuando estás sujeto a mucha tensión. Esto es algo regular en período de pruebas y sobretodo en época de exámenes. Por lo que prepararse para el momento es necesario. Mucha agua y comidas sanas son tu aliado en este caso. Si por alguna razón subiste de peso en las épocas anteriormente mencionadas, no desesperes, ya tienes tu explicación.
Por último, inscríbete en algún curso deportivo que dé tu universidad. Para hacerlo más ameno, trata de que calce con alguna de tus ventanas y motiva a tus amigos para que lo hagan también. Siempre es más divertido hacer ejercicio cuando estás acompañado.
Ya sabes, comer bien y sano mientras estudias es posible. Basta con dejar de lado los excesos y las comidas rápidas. Recuerda que siempre existen las alternativas como fajitas, ensaladas o sushi que te permitirán un almuerzo que no te quitará más de veinte minutos.
Y tú, ¿comenzaste a comer más sano?