Si existe la intención de iniciar un emprendimiento, el conseguir el financiamiento mediante un crédito es la única opción para quienes no cuentan con el capital necesario.
Frente a esto, es necesario tomar una buena decisión a la hora de elegir el préstamo correcto para el negocio pensado, teniendo en cuenta distintos factores.
De acuerdo a lo que los especialistas plantean, el financiamiento ideal es aquel que brinda la menor tasa, con bajas comisiones y buenas garantías; además de considerarse la rapidez en su obtención y cuánto se adapte a las necesidades de quien lo solicita, tales como los plazos y la factibilidad de pago.
Ahora bien, es importante saber que, entre ahorro y crédito, es ideal el primero, si es que se han podido planificar los gastos y prever las situaciones presupuestarias. Sin embargo, pues la mayoría no logra hacerlo, Víctor Calderón, experto en la temática, da los siguientes consejos: 1. No comprometerse inmediatamente con un banco, pues debe gestionarse el préstamo con varios proveedores de crédito y comentarles que compiten con otros por el servicio, para conseguir mejores ofertas.
2. Entregar toda la información de la empresa, con la finalidad de agilizar la decisión del banco sobre el préstamo.
3. Asesorarse por especialistas, a quienes solicitar contratos de banco, en caso de no contar con ellos, y la ayuda correspondiente.
4. Tener ojo con los plazos, cuidando siempre que el período de financiamiento sea mayor al de recuperación de la inversión, para que la deuda no se vuelva impagable. 5. Optar por una tasa fija, siempre que sea posible, cuando se solicite un crédito a largo plazo.
Como requisitos para acceder a un crédito están el contar con antecedentes comerciales adecuados, es decir, no tener documentos protestados, ni deudas pendientes; y el comprobar un sueldo que permita a la institución calcular las posibilidades de pago de la deuda.
Otros consejos, entregados por el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), son:
1. Cotizar, comparar y estar muy bien informado de los ofrecimientos en el mercado, pues no es bueno dejarse llevar sólo por las ofertas publicitarias.
2. Preguntar todo lo que no se entienda, como el precio del crédito, número de cuotas, plazos ofrecidos, tasa de interés, comisiones, impuestos, seguros asociados, y gastos notariales, entre otros.
En caso de haber seguros incluidos en el crédito, estos deben ser explícitamente aceptados por el consumidor, pues su contratación es siempre voluntaria y no puede condicionar la contratación del servicio. De acuerdo a la Ley del Consumidor, “el silencio no otorga”, por lo que no manifestar una opinión respecto a un servicio no quiere decir que se haya aceptado.
Para mayor información, el Sernac ofrece en su sitio un espacio destinado a la educación para el consumo, además de una calculadora de endeudamiento, que permite personalizar los montos, de acuerdo a las posibilidades de cada uno.