Todas las carreras tienen algún truquito que nos ayuda a que sean más llevaderas, pero debemos reconocer que estudiar arquitectura tiene su complicación extra: transportar grandes maquetas una y otra vez a lo largo de varios años.
Porque hacer una maqueta conlleva mucho tiempo de trabajo, materiales, mucha plata y perder horas de sueño. Y eso no es todo. Acá no podemos mandar por mail o imprimir el trabajo, hay que llevarlo a como dé lugar.
Benditos sean lo que tienen auto o un papá/mamá, tío, primo, amigo con ventaja buena onda que los pueden trasladar con maqueta y todo. Benditos sean, también, los que se acuerdan cómo llegaron a la U, porque como me contó una amiga “ni siquiera me acuerdo cómo lo logré, porque iba en estado de zombie a entregarla”.
Pero lo cierto es que la mayoría de los estudiantes de arquitectura deben andar en micro o metro, y transportar tremendo trabajo no es para nada fácil. Es por eso que pedimos un poco de ayuda a algunos arquitectos para que nos den su consejo:
- Si quieres transportar tu maqueta trata de no hacerlo en hora punta. El caos de gente no te ayudará en absoluto.
- Mantener la maqueta alejada de viejitas y niños. Las viejitas siempre te dicen que “andas puro molestando”, y los niños meten las manos donde no deben por pura curiosidad (y no siempre tienen las manitos limpias ¡ojo!).
- Si hay mucha gente en el metro es mejor que la lleves en alto, es la única manera de que tu creación no sufra con la multitud.
- Apelar a la buena onda de la gente y pedir ayuda cuando lo necesites.
Al menos así lo hizo Paula Flores, arquitecta que estudió en la Universidad Central de Chile. Una vez le tocó llevar la maqueta en el metro lleno de gente, pero una señora que iba sentada se la llevo en su espacio. El tema era bajar. ¡Estaba llenísimo! “Era imposible pasar entre la multitud, ni siquiera elevándola; Entonces todos me decían ¡bájese, bájese! y el pito de la puerta ya sonaba en mi estación de destino. Entonces, me bajé y por la ventana del metro la gente me pasó mi maqueta, así como si fuera la maqueta rockstar elevada por los aires. Fue tremendo show, pero la gente fue muy amable”.
Cómo ven, con buena onda todo es posible, aunque lo mejor sería llevar la maqueta con el tiempo y espacio adecuado para enfrentar cualquier imprevisto, ¿no? Pero la vida universitaria está repleta de esos detalles de último minuto que la hacen un poco más emocionante.
Y tú ¿tienes algún consejo para transportar tu maqueta y no morir en el intento?