Desde el 2011 con mayor fuerza, pero desde antes como se venía gestando, la participación política de los estudiantes universitarios ha crecido notoriamente, de manera informal o formal, asumiendo cargos de representatividad pública de alta exposición en muchos casos. ¿Puede afectar esto las expectativas laborales futuras una vez egresados y enfrentados al mundo laboral?
Hasta hace poco se podía considerar, que tener un CC.EE., una organización autónoma y democrática de los propios estudiantes era negado especialmente en las Universidades privadas e incluso mal visto. Sin duda esta actitud todavía existe, incluso de forma orgánica, negada por los estamentos de las universidad. Sin embargo, poco a poco, ya son una realidad, necesaria y validada en el ámbito privado.
Esto, en el entendido de que no sólo se trata de “organizadores de paros”, sino que son elementos movilizadores: de carretes, de encuentros, seminarios, viajes, congresos y, por supuesto de discusión política. Poco a poco se desprenden de aquella carga negativa y se constituyen en un elemento imprescindible de la vida universitaria, como ensayo o primer apronte a la vida laboral y social.
Sin embargo, ¿cuánto puede afectar tu participación en estas organizaciones al momento de conseguir trabajo? Todo depende: del perfil de la empresa, de las expectativas laborales, del proyecto. Así como influye, dónde estudiaste en el colegio o en la Universidad, también lo hace este factor de participación como dirigente estudiantil.
En algunos casos, por ejemplo, se valora el nivel de compromiso que requiere una labor como aquella, la organización personal para compatibilizar las actividades dirigenciales y académicas, los contactos que obtienes y el nivel de discusiones al que accedes, así como la capacidad para liderar equipos y llevar adelante una planificación. Todas estas, habilidades blandas que las empresas buscan a la hora de seleccionar el personal para sus proyectos y que corresponde a una educación informal, que no se enseña generalmente en las salas de clases.
Pareciera que la tendencia apunta a valorar esta experiencia, más que a rechazarla. Además, son señales de los nuevos tiempos que se viven, donde los emprendimientos con valor social y la injerencia de los nuevos profesionales en la resolución de problemas de sociedades cada vez más complejas y heterogéneas, se erige como un valor agregado obtenido en los pasillos y pastos universitarios, más que en las aulas.
¿Cuál es tu experiencia de organización en la Universidad?