Según un artículo de la revista estadounidense Salon, Chile presenta evidentes contradicciones, a propósito de la menor de 11 años, de nombre Belén, que quedó embarazada producto de un abuso sexual.
La periodista Erica Hellerstein, autora del artículo, señaló que Chile es un país con muchas contradicciones donde “la historia de Belén ha vuelto a encender el debate sobre el aborto en Chile, uno de los países más prósperos de América Latina, con algunas de las leyes de aborto más restrictivas del mundo. Tanto abogados como profesionales de la salud afirman que la ley debe ser cambiada para legalizar el aborto en caso de violación y cuando la salud de la mujer esté en riesgo, ambos casos ejemplificados en la situación de Belén”.
Además, la periodista señala su preocupación por un problema social que hasta ahora fue ignorado por la clase política chilena, donde las manifestaciones sociales y populares son las que obligan a las instituciones a debatir y a hacerse cargo de esta difícil realidad.
Recordemos que en Chile, entre los años 1031 y 1989 el aborto terapéutico (interrupción del embarazo cuando la vida la madre está en serio riesgo) era permitido por la ley. A fines de su mandato, Augusto Pinochet dictó una nueva ley que prohibió el aborto en todas sus formas. Esta legalidad se encuentra vigente hasta el día de hoy.
Actualmente, Chile se encuentra en el reducido grupo de seis estados a nivel mundial que penaliza todo tipo de aborto. El ‘selecto’ grupo lo conforman República Dominicana, Malta, El Salvador, Nicaragua y el Vaticano.
El número de abortos clandestinos realizados en nuestro país no está del todo definido. Sin embargo, cifras extraoficiales estiman que los casos van desde los 120 mil a los 200 milo casos anuales.
A diferencia de otros países latinoamericanos donde el debate se realiza abiertamente, en Chile la clase política se niega inclusive a la idea de legislar. Nuestra élite, conformada mayormente por lo más conservador de nuestra sociedad sigue dictando la forma de cómo nos tenemos que relacionarnos, y qué es lo que debemos hacer y qué no.
Es hora de despertar.