Hace una semana subimos al sitio un tema que hablaba de las 10 carreras mejor pagadas del sistema chileno, tuvo un peak de visitas espectacular, más que cualquier otro tema del mes. Esto nos hizo preguntarnos como sitio: El chileno ¿estudia por plata o por vocación?
La educación en chile es carísima, no hay que ser expertos en educación para saberlo, por lo que muchas veces los “soñadores” se privan de su vocación para poder financiarse, aunque sea, una carrera que deberán pagar por 20 años. Vemos como desaparecen los literatos – Siendo un país de maravillosos escritores –, artistas y cantantes convirtiéndose en ingenieros, técnicos y cualquiera otra profesión que involucre ganar muchísimas lucas y así, financiarse un sueño después de 5 años de estudio y 15 años de trabajo.
Por otro lado, siempre están los que logran con sus sueños cambiar su propia realidad, dedicarse a oficios tan difíciles y poco rentables como el periodismo, psicología, teatro y, graciosamente, el 80% de las carreras humanistas. Son los que asumen que ganarán poco, los que creen en las letras y la creatividad para alcanzar sus sueños y, si no son recompensados como corresponde les da lo mismo, son felices porque estudiaron lo que querían.
Debemos señalar que siempre hay tipos afortunados que tienen la suerte de tener la vocación y “los dedos para el piano”. Que se han esforzado desde el colegio en seguir sueños como la medicina o algún tipo de ingeniería, los que sí serán los profesionales que nuestro país necesita, pero ¿Qué ocurre con los otros? Los que estudiaron por plata posponiendo sus sueños ante el “billullo”. ¿Serán buenos profesionales o personas frustradas? Qué pena no conocer la respuesta.
Dicen que el dinero puede mover montañas, sin embargo, es malísimo que nosotros como universitarios y más aún, como personas, nos dejemos encaminar por ello. Especialmente si esto implica posponer nuestros sueños e ideales a la hora de buscar una profesión que nos gusta, ocultando la grabadora, los micrófonos, los lienzos y cambiándolos por una calculadora, un mazo o cualquier otro implemento de los que nos ayuden a financiar nuestra verdadera vocación en un futuro lejano.
Si te diste cuenta que tu carrera no te llena ni te hace feliz, por mejor remunerada que sea, todavía estás a tiempo de perseguir tus sueños. No te dejes llevar por los intereses que otros proyectan en ti, ya que si tienes las capacidades, en cualquier profesión (sea bailarín, tarotista o actor), conseguirás alcanzar tus sueños.
¿Estudias por plata o por vocación?