La vida de los profesionales de hoy consta de una serie de elementos que cooperan con el aumento de las toxinas en el cuerpo: la contaminación, el uso excesivo de fármacos, una mala alimentación, el estrés y el sedentarismo son algunos de ellos.
Una toxina es una sustancia que produce irritación y efectos dañinos en el cuerpo y, según un estudio publicado en la revista Scientific American (El Científico Americano), hoy es posible encontrar de 300 a 500 toxinas que no se encontraban en los seres humanos antes de 1940.
Polución: Ésta viene de las plantas industriales, los vehículos motorizados, las partículas en suspensión y otros asuntos que son pan de cada día en las calles de la ciudad. Incluso el agua que bebemos contiene elementos que en nada nos benefician.
Dieta inadecuada: Los alimentos procesados que consumimos no contienen nutrientes ni una cantidad suficiente de fibra que ayude al proceso digestivo. La dieta promedio no posee adecuadas cantidades de vitaminas, minerales, carbohidratos ni enzimas.
Exceso de alimentos: El exceso de comida genera estrés en el cuerpo y el sistema digestivo trabaja de más. Así, los alimentos no se metabolizan bien y esto contribuye a la acumulación de toxinas.Comer en la noche: Si nos vamos a dormir luego de una comida muy abundante, el cuerpo utilizará la energía destinada a limpieza interna en la digestión de los alimentos.
Exceso de fármacos: Barren la flora intestinal y el sistema digestivo pierde su balance, permitiendo incluso el crecimiento de bacterias patógenas en nuestro organismo.
Sedentarismo: La falta de ejercicios produce una disminución del metabolismo basal y hace que tengamos menos energía para desempeñarnos día a dia.
Estrés: Éste afecta a cada célula del cuerpo, compromete al sistema inmune y genera químicos que afectan sistemas y órganos en nuestro cuerpo.
¿Cómo solucionarlo? Tomando abundante agua: Especialmente en ayunas, es recomendado ingerir un litro de agua, para eliminar más fácilmente las toxinas acumuladas.
Comiendo frutas y verduras y respetando todas las comidas: Las frutas y verduras contienen muchos nutrientes que impulsan la producción de energía y favorecen la desintoxicación. En tanto, el respetar los horarios de las comidas ayuda a reducir el estrés generado por la falta de energías en el organismo. Algunos alimentos que favorecen la desintoxicación son manzana, limón, sandía, zanahoria, apio, tomate, espinaca, entre otros. Además es importante bajar el consumo de azúcar y sal y recordar masticar cada bocado por más de 30 segundos.
Evitando los estimulantes: No es bueno consumir mucho café, bebidas energéticas, ni chocolate. Es ideal aumentar la cantidad de cereales y alimentos con vitaminas, que estimulen el sistema nervioso y produzcan energía, sin dañar nuestro organismo.
Haciendo ejercicios: Una vida activa es sinónimo de buena salud, pues disminuye el estrés y levanta el ánimo.
La toxicidad ocurre cuando tenemos más toxinas de las que el cuerpo está capacitado para limpiar y se inicia su acumulación. Es decir, cuando el balance normal está perturbado.
Es importante desintoxicarnos, pues nuestro cuerpo necesita limpiarse interiormente de forma frecuente, para poder regenerarse, asimilar mejor los alimentos y prefenir la aparición de enfermedades. Por esto es importante respetar estos consejos y periódicamente proponernos una desintoxicación, sin esperar a que los síntomas sean cansancio, palidez, ojeras e irritabilidad.
A pesar de la falta de tiempo y la acelerada cotidianeidad, hay formas de llevar una vida más sana y velar por nuestra salud, ayudando anuestro organismo a funcionar de mejor forma, comprometiéndonos con nuestro cuerpo y aprendiendo a cuidarlo y respetarlo.