De seguro ya has escuchado antes que “no se debe calentar la materia”, “que descanses el tiempo adecuado”, “que no pases tanto tiempo sin dormir”, entre una serie de frases para mantener un buen ritmo de estudio en la U, que rara vez tomamos en cuenta.
Sin embargo, son muchos los estudios que confirman estas recomendaciones, considerando que la cantidad de horas de sueño está en directa relación con el rendimiento académico: a mejor sueño, mejores resultados. Lo que no significa dormir a pata suelta 12 horas diarias, sino un sueño reponedor que permita descansar a nuestro cerebro.
Una de las principales conclusiones es que independientemente de cuanto estudies al día, si sacrificas horas de sueño para estudiar más de lo que estás acostumbrado, tendrás más probabilidades de tener problemas académicos al día siguiente. Además, el déficit de sueño puede acabar siendo crónico: debido a que los estudiantes tienden a sacrificar cada vez más tiempo de sueño para estudiar, la dinámica negativa se vuelve cada vez más frecuente en el tiempo.
Por ejemplo, un estudio siguió a 535 estudiantes de una escuela secundaria de Los Ángeles durante 14 días, registrando su comportamiento diario y en relación a los estudios. Los investigadores concluyeron que aunque se gastaban horas de sueño para estudiar, el saldo era negativo en los resultados de la prueba. “La reducción de las horas de sueño explica el aumento de los problemas académicos que se producen los días posteriores a los estudios. A pesar de que las horas de estudio adicional por las noches puedan parecer necesarias, esto tiene un coste”, señaló el psiquiatra Andrew Fuligni.
Esto se explica porque nuestro cerebro se renueva y rejuvenece cada noche, durante la fase REM del sueño, y para llegar a esa fase hay que dormir al menos entre hora y media y dos horas y seguir. Por ello, si ni siquiera llegamos a esta fase, difícilmente seremos capaces de concentrarnos, y nuestro cuerpo se desgastará.
En base a estos estudios, los investigadores han sintetizado los resultados en algunas recomendaciones para no desperdiciar las preciadas horas de sueño:
a) El cerebro está cansado y trabaja con menor rendimiento. Tomar estimulantes para mantenerse despierto crea una falsa sensación de estar despierto, pero en realidad el cerebro no está en el mejor estado para retener.
b) Es difícil dormir bien tras estar sometido a la presión del estudio o después de haber tomado algún estimulante. Y si no se descansa bien, es difícil rendir el día siguiente. Lo idóneo es acostarse relajado, sin tensiones y con el trabajo hecho.
c) Estudiar a primera hora de la tarde permite dar respuesta a cualquier imprevisto, por ejemplo, que una materia resulte más complicada de lo que uno se pensaba.
¿Cuál es tu técnica para aprovechar las horas de sueño?