A raíz del envío de nuevas leyes propuestas por el gobierno de Sebastián Piñera, la ministra de Educación señaló que no dialogará con las organizaciones estudiantiles, pues la instancia para ello “es el Congreso” según sus consideraciones. Los estudiantes piden iniciar las conversaciones, porque rechazan estos proyectos, ya que permitirían “el lucro”.
Tanto el proyecto de superintendencia, como el de reforma a las carreras técnicas y la acreditación de instituciones educativas son iniciativas que el gobierno pretende llevar a cabo antes del término de su mandato. ¿Con qué fines? Legitimar el lucro, dicen los estudiantes.
Sin embargo, ante esta oposición declarada, la ministra prefiere hacer la finta y enviar directamente los proyectos y las discusiones al Parlamento. Sin embargo, las organizaciones estudiantiles se oponen porque tienen todavía el recuerdo de la revolución pingüina de 2006 cuando, celebrando un gran acuerdo nacional, todos los sectores políticos dieron vida en el Parlamento a la Ley General de Educación.
"Hemos conversado (con los estudiantes) que la discusión de las leyes y todo lo que hagamos lo vamos a llevar en un diálogo profundo en el Congreso que es donde se discuten las leyes", dijo la ministra en entrevista con Radio Cooperativa, el pasado viernes 26 de julio, ante las preguntas de los periodistas que le inquirían sobre posibles y futuras reuniones con representantes de los estudiantes.
La estrategia de Schmidt ha sido reunirse por separado con organizaciones gremiales, de padres, apoderados, profesores y colectivos estudiantiles entre otros con el fin de obtener apoyos parcelados a su misión de llevar estas discusiones al Congreso.
La titular de Educación agregó además que se ha reunido "múltiples veces con distintos actores de la educación", aunque no quiso aclarar si ha recibido a las organizaciones de estudiantes secundarios y universitarios. Divide para vencer, decían los romanos.
Ante la estrategia del gobierno, el dirigente de la FEUC, Diego Vela, señaló que “la secretaria de Estado ha desconocido a la organización estudiantil, reuniéndose con alumnos que no tienen representación de base entre las instituciones educativas y además desconoce que los cuestionamientos a los proyectos del Gobierno se pueden cambiar sólo a través de atribuciones del propio Ejecutivo”.
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