En la actualidad, los profesionales jóvenes tienen particulares estilos de vida, identificables con nuevas costumbres y corrientes ligadas a la sustentabilidad y la consideración por el entorno. De acuerdo a esto mismo, la alimentación sana se ha convertido en un elemento primordial en la cotidianeidad y, unida a las ansias por la exploración en nuevos escenarios, se ha relacionado con aspectos laborales, convirtiéndose en un nuevo nicho para aquellos de espíritu emprendedor.
Entre quienes se han atrevido a plantear un nuevo concepto de alimentación y desarrollarlo como un negocio, los resultados han sido tan buenos, que algunos incluso han abandonado sus funciones laborales originales, para dedicarse en un cien por ciento a estas actividades.
El comportamiento de adoptar modas y volverlas comunes en el día a día, como el comprar ropa usada, usar materiales naturales para decorar, trasladarse en bicicleta, etcétera; es el que permite que se concreten las ideas de negocios de los que tienen más imaginación. Y esto es lo que ha ocurrido con el boom de la alimentación saludable: se ha transformado en una excelente opción para hacer negocios y desempeñarse laboralmente.
Entre estos emprendedores está Fernando Carrasco, periodista de 37 años, quien en la actualidad no ejerce su profesión, sino que se dedica a comercializar productos elaborados a base de stevia (planta que reemplaza el azúcar). Su rumbo cambió cuando trabajaba en una empresa de tecnología, época en la que era adicto al azúcar y no podía bajar de peso.
Buscando opciones encontró esta planta, empezó a adelgazar y su salud mejoró por completo. Con ellas aprendió a hacer esquejes y a ofrecerlos en su trabajo, sobre lo que comenta que algunos días ganaba más dinero vendiendo que con sus labores comunes, por lo que se convenció de abandonar su puesto y emprender en este proyecto por completo. Hoy Fernando es dueño de “Estevida, Stevia Chilena”, marca con la que participa de ferias orgánicas y realiza charlas sobre las bondades de su consumo.
La rentabilidad de esta idea también benefició a Darío Martínez, un publicista de 35 años, quien hoy dice sólo dedicar el 10% de su tiempo a su profesión, pues las otras horas van para “Pikoteo”, empresa en la que vende granolas con miel orgánica (libre de pesticidas) y frutos secos. Cuenta que se inició con un pequeño negocio, vendiéndole a conocidos, sin embargo hoy también existe “Mi Nola”, en donde realiza mezclas más innovadoras de productos (frutos secos, semillas y cereales), llevando el snack a un concepto más gourmet.
Darío plantea que, pese a que en las ferias se recauda desde 150 mil pesos hasta más de un millón, dependiendo del tamaño y popularidad del evento; esta actividad es mucho más rentable que su profesión inicial.
Otro ejemplo es “Pandora”, una panadería enfocada en lo natural. Christian Ukrow (40 años) fue instructor de kayak y de montaña durante 15 años, período en el que vivió en el Parque Pumalín. Aquí debía prepararse su propio pan, pues este producto no llegaba al sector y fue entonces cuando se sintió interesado por experimentar, integrando distintos tipos de harina y otros ingredientes a la masa.
Posteriormente, viviendo en Santiago y sin un trabajo estable, decidió utilizar los conocimientos adquiridos y, junto a su esposa, transformó la cocina en un taller panificador. Actualmente, ofrecen pan muy saludable y de carácter gourmet, en diversas variedades y sabores, libres de grasa e ingredientes animales.
Ya está demostrado, el emprendimiento y la alimentación sana, dos excelentes ideas y merecedoras de atención e implementación en la forma de vida, funcionan de manera excelente cuando van de la mano.
Si ellos lo lograron, ¿por qué no comenzar a buscar opciones e idear algún negocio? Informarse antes que todo, una buena planificación e ideas de calidad: el emprendimiento podría ser una excelente opción laboral en el Chile de hoy.